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Liga: Sevilla 4-1 Barcelona

Vlachodimos fue la odisea del Barcelona

El meta del Sevilla negó cualquier reacción a los azulgranas con siete paradas claves

Una parda suya inició el contragolpe hispalense que desembocó en el gol de Carmona

Cuajó su mejor partido tras dos temporadas en el ostracismo en la Premie League

Un portero nacido en Alemania, de padres griegos que emerge en el fútbol español. Lo que parece el inicio de un chiste malo es en realidad el currículum de Odysseas Vlachodimos, el guardián de la portería del Sevilla. El Barcelona se dio de bruces contra un muro que dejó siete paradas a disparos desde dentro del área, un único gol encajado y actuó como pilar hispalense. Sostuvo primero para permitir a los suyos golpear después y certificar el fundido a negro del Barcelona.

Se apagaron los azulgranas bajo el sol sevillano y las manos de un Vlachodimos que le negó el gol a todo el que lo intentó. Sólo le superó uno de los 17 remates azulgranas, el de Rashford sobre la bocina del primer tiempo. Antes, el inglés, también había claudicado ante el meta que había sacado un remate a quemarropa al juntar las piernas en el último instante. Tras el descanso el Barcelona dio un paso adelante obligado y Odysseas se convirtió en la odisea azulgrana.

Sustentó al Sevilla cuando más apretaba el temporal y el Barcelona ya se había lanzado sobre su meta. Rooney hizo todo bien hasta que se plantó delante del meta y le temblaron las piernas. Vlachodimos detuvo un lanzamiento con aroma a empate. Primer punto de partido salvado. El segundo fue clave. De nuevo con los mismo protagonistas. Odysseas la cara y Rooney la cruz. El extremo golpeó y el portero despejó.

Aquella parad fue el prólogo de la jugada que selló la victoria del Sevilla. El contragolpe, en tres toques, desembocó con Carmona atacando el espacio y anotando el tercer tanto hispalense, el de la tranquilidad. De área a área. Del ostracismo a la redención. Vlachodimos ha pasado de suplente y estar en el dique seco en la Premier, apenas cinco partidos en dos temporadas (Nottingham Forest y Newcastle) a liberarse en el Sánchez-Pizjúan.

Y eso que llegó tarde a pelear la titularidad. Su fichaje se oficializó con la Liga ya empezada y Nyland como inquilino de la portería sevillista. Roles definidos, con la dificultad para revertirlos que conlleva ser portero. Vlachodimos fue una fuerte apuesta del Newcastle, que pagó 23 millones de euros al Forest, después de sus grandes actuaciones en el Benfica durante seis temporadas. En esos años se enfrentó en dos ocasiones a los azulgranas y nunca perdió.

Goleada en Lisboa (3-0) y empate en Barcelona. El periplo en Portugal fue su aval al aterrizar en Sevilla. La intención de los sevillista era recuperar su versión lusa. Recorrer ese camino después de derribar la puerta de la titularidad ante el Alavés hace dos semanas. Desde entonces el rumbo ha cambiado. Tres victorias, una única derrota y portería a cero contra el Rayo, algo que sólo ha conseguido una vez el Sevilla en lo que va de curso. Vlachodimos es la odisea.