El rutómetro

Soñar en alto

Thymen Arensman
Thymen Arensman celebra su victoria en la 15ª etapa de la Vuelta. (AFP)

Estreno serie de nombres propios que han lucido en la última edición de La Vuelta sin haber ocupado de continuo los principales titulares o portadas. Ciclistas que con su actuación han dado un paso de gigante en su carrera, brillando y haciéndose con un lugar en el recopilatorio del aficionado.

Inaugura la sección Thymen Arensman, que estos días es noticia después de anunciarse su fichaje por el Ineos Grenadier. Como buen neerlandés procede del ciclocross, algo que completa un perfil que abarca las clásicas – tiene un tercer puesto en una Paris- Roubaix Sub 23-. Destaca en la alta montaña, como se vio en la victoria que obtuvo en el Alto del Hoyo, y también ha obtenido excelentes resultados contra el reloj. Facultades que le colocan en el disparadero de futuros candidatos a ganar una gran vuelta. Por algo lo fichan los ingleses.

Arensman estaba con los mejores cuando el asfalto picaba para arriba, lo que le valió entrar en el top 10. Un fino escalador, espigado, apolíneo con las mejores trazas del estereotipo del buen ciclista holandés. En su victoria en Sierra Nevada apuró los últimos kilómetros como si fuera un veterano, a pesar de contar con tan solo veintidós años y tener detrás una manada de lobos hambrientos.

La Vuelta ha sido la confirmación de este joven ciclista, estudiante de historia al que le aguardan  ambiciosos retos y todas las posibilidades para conseguirlos. Ineos terminará de forjar a este poderoso ciclista, que es como le gusta autodefinirse a nuestro protagonista. Una sociedad que promete. Un unión de intereses recíprocos

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