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FINAL COPA DEL REY 2018

Sevilla – Barcelona: el que pierde paga

Quien pierda la final de la Copa del Rey paga y lo paga. Pocas veces una finalísima había sido tan capital para los dos equipos participantes. Barcelona y Sevilla se juegan mucho más que un título, por lo que el que salga derrotado también abandonará el terreno de juego muy tocado.

Los de Ernesto Valverde llegan a la final de la Copa del Rey con la obligación de ganar. Y el deber en estos casos no suele ser buen compañero. Hace no tanto, los azulgranas encaraban esta cita como el aperitivo perfecto antes de conquistar una Liga que tienen en el bolsillo desde que Messi rompiese las telarañas de la meta defendida por Oblak y con el sueño de encarar unas semifinales de la Champions que les acercasen a Kiev, donde el trono continental esperaba. Ante ese panorama esta final no era ni mucho menos un vida o muerte, pero todo cambió cuando Manolas cabeceó un esférico en el Olímpico de Roma que apeaba a los catalanes de la máxima competición europea. Desde ese momento ya nada sería igual.

En el instante en el que Semedo no fue capaz de parar al central romanista, la temporada del Barça daba un vuelco de 180 grados. Ahora, aunque Valverde se empeñe en aparentar lo contrario, el barcelonismo no disfruta el momento. Ganar es obligatorio y la derrota sería un batacazo que convertiría una temporada que apuntaba a histórica en un fracaso, aunque la palabra sea demasiado grande para el que va a ser el campeón de Liga. La debacle se consumaría si el Real Madrid alza la Decimotercera el 26 de mayo.

Mucho más que un título

En frente, el panorama no es más alentador. No hace tanto Montella aseguraba que «no era una posibilidad» que el Betis superase al Sevilla en la tabla. Ahora, 58 días después de aquella bravuconada, la realidad dice que los verdiblancos son quintos y aventajan en siete puntos a un Sevilla que ocupa una séptima posición muy peligrosa. Los de Nervión en estos momentos se clasificarían para la Europa League teniendo que jugar una fase previa que alteraría la pretemporada y las cuentas del club.

Los andaluces deberían disputar este verano la International Champions Cup, pero si juegan las primeras rondas de la segunda competición europea no podrían participar en un torneo que daría un gran rédito económico a la entidad. Además, si se descuidan en el campeonato doméstico tanto Girona como Getafe, entre otros, podrían dejarles fuera de los puestos europeos.

Pero no sólo la economía y lo deportivo del club se podrían ver alterados la próxima temporada, el futuro de Montella, Óscar Arias y Pepe Castro está en juego. El entrenador pasará a la historia por ser el primer técnico en llevar al Sevilla a unos cuartos de Champions, pero sus malos resultados en Liga le podrían mandar al paro si no gana la Copa. Por otro lado, el presidente y el director deportivo están obligados a demostrar que pueden vivir sin el cobijo de un Monchi que triunfa en la Roma.

Por todo esto, Sevilla y Barcelona se juegan mucho más que una Copa del Rey. Ambos pondrán su futuro en disputa sobre el césped de un Metropolitano que vivirá un auténtico partidazo.