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Gran Premio de Japón

Rosberg remata a Hamilton con Alonso y Sainz fuera de los puntos

Se le volvió a ir la vida en los primeros metros. Un pecado venial, juvenil, que no iba a encontrar confesión válida ni consuelo. Los colores del cielo de Suzuka dibujaban el potencial futuro de Lewis Hamilton: gris. Nico Rosberg accionó sin problema el embrague, el 44 se quedó clavado, y si se descuida le pasa hasta algún Falete japonés. Verstappen se colocó segundo, con Pérez tercero, en una imagen de inicio atípica e inesperada.

La exhibición de Fernando Alonso en Sepang no encontró su prórroga en la salida de Suzuka: del 15º al 15º. Le faltaron metros para poder realizar una fantasía que si filmó Carlos Sainz. Su homónimo adelantó dos plazas en apenas unas curvas y en el frenesí por boxes llegó a rodar quinto. Dos amigos con un objetivo común y harto complicado: los puntos.

Lewis inició su reconquista con una jugada de Oceans Eleven en el pit lane. El blando se deshilachaba como la ropa del Primark, Alonso renovaba la tendencia con su temprana parada, provocando la cascada de monoplazas buscando el duro. Cuando uno quiso darse cuenta, Hamilton ya había robado algo del casino: era 4º, afilando su martillo desde todavía una prudente distancia, con Vettel, Verstappen y Rosberg por delante.

Fernando Alonso y Carlos Sainz iban de Sr. y Sra. Smith por Suzuka: juntos, a veces revueltos, adelantando en posiciones donde todo sabe más insípido. La historia de amor terminó con el de McLaren-Honda pasando por boxes para colocar otro juego de duros, y con Carlos Sainz intentando mantener a los Williams, que llegaban con gomas frescas, sin éxito.

Hamilton intenta la reconquista

Y a Ferrari les volvió a hacer las estrategias Maxi, de La que se avecina. Otra dudosa decisión que destrozó las esperanzas de podio para Vettel. Undercut de Lewis Hamilton, tercero, y volando hacia Verstappen. La carrera era una oda al aburrimiento, rodada en el bypass de la recta principal: todo se había decidido en boxes. Cabeza de carrera doblaba a McLaren-Honda en una imagen tan desoladora como ordinaria. Quizá hoy también era día de calentar a los nipones con un ‘GP2 engine’. Ni Alonso ni Sainz iban a oler puntos.

Llegó Hamilton al difusor de Max Verstappen, con las hostilidades aguardando a un segundo de distancia. El DRS se abría sin rentabilidad, esperando un movimiento en falso del Red Bull. Tras una pelea constante en esas 9 décimas, Lewis aceleró el Mercedes en su última oportunidad. Tras la 130R, lo intentó en la chicane, pero se fue largo, esfumando el sueño de minimizar los daños con Rosberg.

Exhibición alemana: victoria de Rosberg, tercer Mundial de Constructores consecutivo. Otro monoplaza forjado para dominarlos a todos… con tintes terroríficos: cuando Hamilton cambió al mapa de motor agresivo amargó fugazmente los registros de sus ‘rivales’. Hace ya tiempo que la Fórmula 1 es un deporte donde compiten 22 monoplazas y, pase lo que pase, (casi) siempre gana Mercedes. Novena para Nico, que ya verá más cerca Yas Marina. Y es que, 33 puntos en 4 carreras son muchos, incluso para Hamilton… ¿no?

Clasificación del GP de Japón (Getty)