El margen del campeón: ¿En qué puede mejorar Carlos Alcaraz?

Tiene 20 años, acaba, como quien dice, de ganar Wimbledon, y es el número uno del mundo, puesto al que ascendió hace casi un año siendo el más joven de la historia en lograrlo. Sin embargo, cuando a Carlos Alcaraz le preguntan sobre su margen de mejora, la respuesta es clara, contundente y sorprendente. «Tengo claro que tengo que mejorarlo todo». Precisamente ahí puede estar una de las claves de su éxito, en el trabajo y la ambición mezcladas para que su techo sea cada día más alto, pero la contestación de Carlitos no elude el nacimiento de una nueva cuestión: ¿En qué puede mejorar?

Por ponernos en contexto, la pregunta de los medios de comunicación llega a escasos días de que Carlos haga su debut en el Masters 1000 de Toronto, una cita en la que aún no se ha estrenado, ni en esta ciudad ni en Montreal –ATP y WTA se alternan año a año en cada sede–. Dotado de una ambición tan potente como para colocarla a la altura de su golpe de drive, Alcaraz tiene el torneo como objetivo y para ello sabe que la fórmula no es otra que trabajo, trabajo y más trabajo.

Alcaraz es consciente de que su tenis está causando estragos en el circuito ATP, que lidera con suficiencia y por encima incluso de Novak Djokovic, para muchos el mejor tenista de la historia, quien claudicó ante el murciano en la última final de Wimbledon. La del All England Club pudo ser la mejor velada de su carrera, tras la que se concedió unas pequeñas vacaciones, Copa Hopman mediante, pero en su regreso, el primer titular que suelta Carlos Alcaraz viene al hilo de su margen de mejora.

¿Tiene punto débil Carlos Alcaraz?

Ese margen de mejora al que alude Carlos Alcaraz es cada vez menor, debido a una progresión que además de constante sigue siendo meteórica, pese a que la explosión del fenómeno de El Palmar se produjo hace ya más de un año y medio. Alcaraz cada vez tiene menos puntos débiles, aunque sí que existen diferencias en su juego, que tratamos de descubrir y analizar.

Los golpes de Alcaraz

En lo que respecta a los golpes, lo que podemos ver es que el drive de Alcaraz es su mejor golpe, combinado con una dejada de derecha que ya ha convertido en marca registrada –también la borda de revés–. El resto de sus golpes están algo por debajo, contando con un posible margen de mejora en su revés a la hora de encontrar los efectos y de la continuidad cuando las cosas no están saliendo del todo bien. El servicio, mejorado notablemente, tiene su punto fuerte en el segundo saque, liftado y con mucha seguridad sin restar peligro.

El primer saque sí puede mejorarse, aunque la limitación de la altura con respecto a otros rivales representa un handicap que no podrá subsanar. Otros golpes más concretos, como el resto, han pasado de ser dominio absoluto del número uno del mundo, mientras que en la volea, sin ser un especialista, está por encima de la media.

Físico y lesiones

El cuerpo de Carlos Alcaraz está preparado para el tenis, con una base genética muy importante y una adaptación exhaustiva, con su fisio Juanjo Moreno a la cabeza, para mantenerse dentro del pico en el que a un tenista siempre se le pide estar. Podemos encontrar un punto débil en este aspecto en las lesiones, con varias ya en su corta carrera y que se han asociado por la concienciación del jugador español de ir al 100% en cada partido, en cada pelota que se pone en juego. Con el paso de los meses veremos si estos problemas físicos se repiten, porque son lo único que parece poder frenar a Alcaraz.

Táctica y mentalidad

Aquí es donde, hace unos meses, podríamos decir que existía un claro margen de mejora en Carlos Alcaraz, pero su evolución en este aspecto es un hecho y se ha demostrado con la suficiencia con la que ha sabido jugar los partidos importantes, ante los mejores jugadores del mundo, pero también aquellos ante rivales más débiles, algo que suponía un punto en contra de Carlitos en ocasiones, rondando e incluso cosechando derrotas ante jugadores visiblemente inferiores a él. Para ganar un Grand Slam hay ser consistente y ganar a los buenos y a los muy buenos. Con 20 años, Alcaraz ya tiene dos grandes en su palmarés. Prueba superada.