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FÓRMULA 1

Hamilton no quiere a Alonso en Mercedes: “Mi relación con él era tóxica e intoxicaba a todo el equipo”

El futuro de Fernando Alonso es una de las comidillas del ‘paddock’ de la Fórmula 1 esta temporada. La posibilidad de que recale en Mercedes hace correr ríos de tinta, pues supondría reeditar el famoso duelo de 2007 con Lewis Hamilton, entonces en McLaren. Pero el británico no está por la labor, y aprovecha cualquier oportunidad para poner trabas al posible fichaje de Fernando por la marca de la estrella. ¿La última? Asegurando que la relación entre ambos era bastante tóxica.

“No se trata solo de mí, sino de las miles de personas que trabajan en la escudería. Mi relación con Fernando era tóxica. Y además intoxicaba a todo el equipo. Hay gente con la que te llevas bien y otros con los que no puedes convivir de ninguna manera. Si pones a dos campeones del mundo a correr en el mismo equipo, cada uno intentará hacer su trabajo lo mejor posible. Y no vas a cederle el paso en una curva. Vas a luchar por salir el primero de ella. Nosotros tenemos demasiadas fricciones”, ha asegurado Hamilton, alabando seguidamente a Valtteri Bottas, su actual vecino de box. “Si tengo que definirte a Valtteri te diré que tengo muy buenas sensaciones con él. Es un tipo muy amable, un hombre de familia y, como se está demostrando, un piloto fantástico. Aunque este año tendremos una batalla intensa, espero que podamos llevarla como caballeros”.

A pesar de ‘vender’ su lucha con Bottas, la verdadera pelea de Hamilton este año es con Sebastian Vettel, considerando el británico que debe dar lo mejor de sí mismo para vencerle. “Ferrari tiene el coche más rápido. De modo que solo me queda darlo todo como piloto. Vettel y yo estamos muy igualados, y las diferencias solo se marcarán por cómo pilotemos. Un mínimo fallo me puede costar el mundial. Así es como debería ser siempre la Fórmula 1”.

Pero, ¿qué es lo que hace a Lewis Hamilton especial? Según él mismo, la ausencia de miedo al ponerse al volante. “Mi secreto es no tener miedo. Yo no lo tengo cuando corro, para mí el miedo no es más que un estorbo porque significa no dar lo mejor de mí. Sé lo bueno que soy. Hasta dónde puedo llegar. El miedo está más allá de eso. Mientras no sobrepase las expectativas que tengo de mí mismo, no tengo por qué sentir miedo”.

Tampoco ha de sentir Lewis Hamilton mucha presión a día de hoy. Eso corresponde más bien a los primeros pasos dados en su carrera, cuando solamente los buenos resultados le permitirían seguir corriendo. “Vengo de una pequeña ciudad de Inglaterra, mi familia era muy humilde. Mi madre tenía tres trabajos para darnos un techo y mi padre se deslomaba para financiar mi carrera de piloto. Era muy agobiante saber que prosperar no solo depende de tu talento, sino de que tu familia pueda pagarte la siguiente temporada. También recuerdo cuando de niño iba con mis amigos a una tienda de golosinas del barrio. Yo nunca tenía dinero para comprarme ni una chuchería, me limitaba a mirar”.

¿Y cómo afecta a Hamilton el gran cambio social que ha sufrido una vez le ha llegado la fama? “Es muy curioso el efecto que puedes causar en tantísima gente, no sé si lo he asimilado todavía. Pero hay una cosa que tengo muy clara: aunque he conocido a muchísimas personas en todo este tiempo, sigo quedando con mis amigos de siempre, los del barrio. Aunque mi vida es una locura, procuro mantener el contacto. La semana pasada estuvimos cenando en casa de uno de ellos, sin ir más lejos. Yo me encuentro más a gusto en esos entornos, en la normalidad”.