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Escándalo sexual en Paraguay: se filtran imágenes de un presidente y su jugador en la cama

Desde Paraguay llega un nuevo escándalo sexual relacionado con el mundo del fútbol. Aunque, en esta ocasión, es muy distinto a lo que estamos acostumbrados a ver. Una serie de fotografías filtradas en Facebook han destapado la relación que mantenían el presidente del Club Rubio Ñu, de la Segunda división, con Bernardo Gabriel Caballero, uno de sus jugadores. Las imágenes muestran al presidente y al jugador desnudos y en actitud cariñosa sobre una cama.

Según ha desvelado el afectado, el dirigente Antonio González, el futblista y él mantenían una relación sentimental. La revelación de las imágenes íntimas tendrían que ver con un triángulo amoroso en el que habría entrado el nuevo representante del jugador, al que el directivo del club paraguayo ha tildado de «viejo putazo, pelotudo cara de culo, puerco de mierda, brujo».

El presidente de Rubio Ñu señaló que el jugador era «especial» para él: «Era mi pareja personal». También añadió que durante el tiempo que duró la relación, el joven «tenía todos los privilegios, coches que nunca pensó conducir». «De repente apareció una vieja loca y se tuvo que ir del club porque le llevó a Mar de Plata. Entonces, tomé la medida para que no entre más al club. No cuento esto por despecho, no soy dueño de nadie. El problema es que uno tomó cariño y aprecio. Era mi pareja sentimental», señaló afectado González.

Se trata de la primera relación homosexual que sale a la luz en el mundo del fútbol masculino. El presidente se ha sentido utilizado por el que era su pareja, al que ha llamado «sátrapa, bandido, estafador y desnutrido». Además, ha afirmado que el jugador nunca más «va a pisar este club».

El señor González se siente utilizado por su ex, al que le dio todo para que pudiera tener un futuro en el fútbol. Y no ha dudado en aclarar en uno de los vídeos que ha publicado que, en caso de que le demanden por los insultos vertidos sobre el jugador y su agente, no dudará en «hacerle pasar vergüenza en el lugar en que menos piensa».