Deportes

Bolas calientes y tontos videntes

  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Ya me perdonarán la rima del titular, más propia del título de una peli porno que de unos versos de Rubén Darío, pero cada uno bebe en las fuentes que quiere. O que puede. El caso es que los tontos videntes se hartaron de augurar un Leicester-Real Madrid en los cuartos de la Champions. «Habrá bolas calientes», decían.

Hasta Piqué tenía ya el dedo preparado para darle a enviar su tuit de cada sorteo: «Otro día más en la oficina». Se lo tuvo que meter en el… bolsillo. No hubo las bolas calientes que preveían los tontos videntes. Se sortearon los cuartos y al Real Madrid le tocó el Bayern, posiblemente el peor rival de los que había en el bombo.

Mirado por el lado bueno, los blancos evitan al UEFAlona y su dopaje arbitral y, por tratarse de un rival alemán, no podrá pitar Aytekin, lo que también es un alivio. Ni Stark, ni Felix Brych ni otros árbitros teutones de infausto recuerdo para los que se midieron el Barça.

Toca el Bayern, que suena a coco del sorteo, pero enfrente está el Real Madrid, que a coco no le gana nadie. Habrá que competir en una eliminatoria peliaguda porque, por mucho que insistan los tontos videntes, las bolas calientes son como los penaltis en el área del Barcelona: una pura ficción.