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Los bochornosos insultos a Marcelino en Vallecas que LaLiga investiga

El entrenador del Valencia, Marcelino, ha sido gravemente insultado durante la visita con su equipo a Vallecas, donde el conjunto che cayó por 2-0.

El regreso del técnico asturiano a Vallecas fue más duro de lo que pareció. Así lo han desvelado las cámaras de televisión, que grabaron a unos aficionados insultando gravemente a Marcelino. Tras emitirse dichas imágenes, LaLiga va a pedir que se identifique a los seguidores del Rayo para que puedan ser denunciados.

Según captaron las cámaras de #Vamos, de Movistar, unos hinchas sentados cerca del banquillo visitante se dirigieron al entrenador del Valencia en los siguientes términos: «Muérete tú y tu puta mujer», «lástima que no te hubieras matado» o «Marcelino, hijo de puta».

“¿Qué opina de los gritos de la grada contra usted?”. “Nada“, ha sido la fría respuesta de Marcelino García Toral, que prefirió no comentar nada sobre lo sucedido. Por su parte, Paco Jémez señaló: “A mí no me gusta que nadie insulte a nadie. Yo no voy a entrar en ese tema. Le he saludado y no tengo ningún problema con él. No puedo controlar la reacción de la gente”.

El origen del enfado de rayismo con Marcelino y con su mujer

El enfado del rayismo con el técnico asturiano tiene su origen en 2016, cuando una derrota del Villarreal ante el Sporting de Gijón mandó a Segunda al conjunto franjirrojo y al Getafe. En la previa, Marcelino, por aquel entonces entrenador del club castellonense, reconoció abiertamente que prefería que el equipo rojiblanco se salvase. Días más tarde, su mujer escribió en Twitter: “Me voy de Asturias con el trabajo hecho. Os dejamos en Primera”, lo que causó un malestar que a la vista está que hoy sigue latente.

Martín Presa invitaba, hace unos días, a dejar de lado el rencor 

El presidente del Rayo, consciente del recibimiento que podía tener el técnico del Valencia en Vallecas, declaraba lo siguiente recientemente: «La afición del Rayo se tiene que centrar en ganar el partido. Lo que hizo Marcelino estuvo muy mal desde un punto de vista ético, pero tenemos que olvidar. El rencor no nos va a llevar a ningún lado».