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Qarabag Vs Atlético: Champions League

Batacazo en Bakú (0-0)

El Atlético de Madrid no pasó del empate en Azerbaiyán. Con la igualada a nada frente al Qarabag, los del Cholo Simeone se complican la vida para avanzar de ronda en la Champions, teniendo que ganar sus tres encuentros restantes y dependiendo de los resultados de Chelsea y Roma.

Se la jugaba el Atlético de Madrid con un Cholo Simeone que llegaba a Azeribaiyán con muchas dudas para confeccionar el once. De los dos tocados, Griezmann salió de partida para formar pareja de ataque con Kevin Gameiro, teniendo su primera titularidad y estrenándose en Champions este curso. Por delante de Oblak, Vrsaljko, Godín, Giménez y Filipe fueron los encargados de defender los ataques del Qarabag. En la medular repetía Gabi, que formaría dupla con b ante la baja de Koke, con Gaitán y Carrasco en los costados.

Si ya ponerse a ver un choque de Champions a las seis de la tarde es poco habitual, lo es menos aún para los futbolistas rojiblancos, tan poco acostumbrados a escuchar el himno de la máxima competición continental como a tener una sesión de entrenamiento suave a las órdenes del Profe Ortega. Los del Cholo salieron los primeros minutos a ver qué pasaba y qué encuentro planteaba el Qarabag.

El cuadro azerí llevó el timón del choque durante prácticamente la primera media hora. El Atlético despertó y comenzó a ir a por un partido por el que debería haber ido desde el pitido inicial. Nico Gaitán, que continúa en su línea  de desaparecido, mandó a las nubes la primera ocasión clara de los colchoneros. Instantes después fue Carrasco el que, en un mano a mano, mandó su disparo al muñeco. 

Si Azerbaiyán es la tierra del fuego, el Atlético de Madrid jugaba con él. Varios errores defensivos pudieron costarle caro a los de Simeone si no llegan a aparecer Gabi o Vrsaljko para desbaratar las ocasiones del Qarabag, que realmente no se acercaba al arco de Jan Oblak.

Antoine Griezmann, que peleaba contra el Qarabag y la fiebre, disfrutó de una de las ocasiones más claras del encuentro. El francés se plantó sólo ante el meta rival, que sacó un pie providencial para mandar el balón a córner. Un saque de esquina que también pudo acabar en el fondo de la red pero el remate de Giménez se perdió por línea de fondo.

Empate a nada al descanso y con muchas cosas que corregir en el segundo acto. Ni el horario, ni la presión podía ser excusa, pensaría el Cholo Simeone, que se habrá puesto en el vestuario en modo madre mandona: “Ni jet lag, ni jet log”. Y pareció surtir efecto. El Atlético salió con otra mentalidad en el segundo acto buscando insistentemente el gol que nunca llegó.

El tiempo parecía que pasaba a doble velocidad en un encuentro en el que el Atlético estaba sufriendo como ya le sucedió a la Roma en el Olímpico de Bakú. El Qarabag comenzaba a perder tiempo a la misma vez que plantaba el autobús en su campo, dando por bueno un empate ante uno de los mejores equipos de Europa, sin duda, un hito en su primera participación en la Champions League.

Media hora faltaba cuando el Cholo Simeone movió ficha. Thomas entraba para dar fuerza y poderío al mediocampo y adelantar a Saúl, que está de dulce. Nico Gaitán era el sacrificado, que una vez más, no tuvo su día. 

A pesar de estar encerrados aguantando los arreones rojiblancos, el Qarabag buscaba aprovechar los contragolpes para hacer daño. Ndlovu estaba trayendo de cabeza a la zaga colchonera cuando Simeone agotaba sus dos cambios de una tacada. Hacía falta un gol, como también hace falta un nueve. Correa y Torres sustituían a un inédito Kevin Gameiro, que cayó más veces en fuera de juego de lo que entró en juego. También se retiró Carrasco, un ya habitual en las sustituciones del Cholo.

El delantero sudafricano del Qarabag se tuvo que ir a las duchas, para tranquilidad de los colchoneros, después de simular para reclamar un penalti a favor de su equipo. Ndlovu era expulsado a falta de quince minutos para que llegase el final del encuentro, mientras que el Atlético era incapaz de superar el muro que había levantado el conjunto azerí.

Y la tuvo el Atlético en el 83’, como la tuvo Saúl en el Olímpico de Roma. Al guardameta rival se le escapó un balón que recogió Gabi para colgarla al segundo palo, donde Fernando Torres, sin portero, aunque con el empujón de un rival, mandó el cuero por encima del travesaño. Como era de esperar, los futbolistas del Atlético se llevaron las manos a la cabeza al ver como se les escapaba un partido que era vital ganar para mantener un alto porcentaje de estar en octavos de final de la Champions.

El Atleti acabó el encuentro metido en el área rival. Giménez era el único futbolista que se quedaba atrás para evitar los posibles ataques de un Qarabag que estaba colgado de su portería.  Ni a la desesperada pudieron los colchoneros ante un rival claramente inferior, pero que hizo honor a la tierra de Azerbaiyán, haciendo que el cuadro rojiblanco juegue con fuego con su continuidad en la Champions.