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Copa del Rey

El Barcelona apura esta Copa

El Barcelona se impuso por 3-0 al Sevilla en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey y remontaron así el 2-0 adverso del Sánchez Pizjuán, clasificándose así para la final del torneo

El Barcelona logró la machada. Los hombres de Ronald Koeman dominaron el partido y, sufriendo, lograron llevar la eliminatoria a la prórroga con un 2-0 sufrido. Dembélé adelantó pronto al combinado culé y Piqué, en el tiempo de descuento igualó el global. En el tiempo extra el Sevilla tenía uno menos por la expulsión de Fernando y Braithwaite sentenció el partido con el 3-0 final, metiendo a los suyos en la final de una Copa del Rey a la que el Barça se ha abandonado con varias remontadas. Durante el tiempo reglamentario Lucas Ocampos erró un penalti que hubiera cambiado el sino del choque.

El Camp Nou tenía que dictar sentencia. El Barcelona tenía que afrontar este encuentro como una final en la que antes de empezar ya perdía por 2-0 por culpa del resultado cosechado en la ida en el Sánchez Pizjuán. La eliminatoria estaba cuesta arriba para el combinado de Ronald Koeman, más aún sin su público, pero la masa culé sí que jugará su partido el próximo domingo en las elecciones para la presidencia del club.

Ahora sólo tocaba pensar en el partido y para ello Ronald Koeman sacaba a los mismos que vencieron hace unos días en el Sánchez Pizjuán en la Liga Santander. Lo más sorprendente era la recuperación milagrosa de Pedri y, una vez más, la suplencia de Antoine Griezmann. De esta forma, el Barcelona salía con el siguiente once: Ter Stegen; Dest, Mingueza, Piqué, Lenglet, Alba; De Jong, Busquets, Pedri; Messi y Dembélé. Delante, un Sevilla con las novedades de Vaclik, Aleix Vidal, Acuña y Óliver Torres en lugar de Bono, Jesús Navas, Escudero y Rakitic.

El Barcelona salió desde el primer minuto a por el gol. Los hombres de Ronald Koeman apretaron y consiguieron encerrar al combinado de Julen Lopetegui, que no conseguía salir de su campo con el balón. Los azulgranas comenzaron a asediar el área de Vaclik con un disparo a las nubes de Dembélé, otro que detuvo el guardameta hispalense a Busquets y otro de Ousmane que se fue fuera gracias a Koundé.

Dembélé da esperanzas

A la tercera de Dembélé llegó la vencida. El extremo francés cogió el balón dentro del área de los de Nervión y caracoleó hasta salirse del rectángulo y disparar a puerta y meterla por la escuadra. Además de que la zaga del Sevilla le permitió hacer lo que quiso, el francés se vio ayudado por un ligero toque de Joan Jordán, que desvió el balón y despistó por completó a Vaclik. 

El Barcelona ya había conseguido abrir la lata y tenía casi 80 minutos por delante para buscar, como mínimo, el segundo. Con el 1-0 al Sevilla también le entró el miedo y en la primera mitad poco molestaron a Ter Stegen. Sólo un tiro tímido de Joan Jordán y otra a la que no llegó De Jong fueron las únicas intervenciones del arquero del Barcelona. Mientras, el Barça seguía dominando ante la atenta mirada de los tres candidatos a la presidencia del club, que estaban en el palco guardando la distancia social y sin debatir, que ya es decir.

Antes de llegar al intermedio Pedri probó fortuna desde la frontal del área y no hubo suerte. Messi sí que estuvo a punto de lograr el segundo tanto culé con una picadita sutil a Vaclik, pero apareció por ahí Marcos Acuña para sacar el balón justo sobre la línea. Con el Barcelona dominando y el Sevilla resistiendo como podía se fueron a vestuarios a tomar un pequeño descanso. A la vuelta todo siguió igual. Los de Julen Lopetegui se replegaban a la espera de resistir y el Barça achuchaba.

Ocampos desperdicia una oportunidad de oro

Tuvo el Barcelona la ocasión de oro Jordi Alba, que apareció en el segundo palo para rematar a lo McManaman un centro de Dembélé y estrellarlo en la madera. Ambos entrenadores empezaron a hacer movimientos y Lopetegui se vio obligado a retirar a un Aleix Vidal que se lesionó tras un regate de Pedri. Por él entró Jesús Navas y también Rakitic y Rekik por De Jong y Acuña. Por parte del Barcelona Koeman decidía jugar con cuatro defensas quitando a Dest y metiendo a Antoine Griezmann, lo que le dio más debilidad defensiva.

Y con esa debilidad llegó la oportunidad de oro para el Sevilla, que vio como Mingueza cometía un claro penalti sobre Ocampos, que había entrado unos minutos antes por Óliver Torres. El propio futbolista argentino asumió la responsabilidad después de un mes estando de baja y no pudo tener peor regreso. Ter Stegen adivinó sus intenciones y se lanzó bien para detener la pena máxima y dar un golpe psicológico al conjunto hispalense con 15 minutos por delante para llegar a la conclusión del partido.

Piqué y Braithwaite culminan la machada

Se le comenzaba a acabar el tiempo al Barcelona y Koeman metía más pólvora. Busquets y Mingueza se iban al banquillo y dejaron sus puestos para Ilaix Moriba y Junior Firpo. El gol no llegaba y para colmo Ousmane Dembélé acabó doliéndose tras un disparo que realizó y que casi saca del Camp Nou. Los últimos minutos fueron frenéticos, los culés apretaron y apretaron pero y en el 93′ lograron tumbar el muro sevillista, que un minuto antes había sufrido la expulsión de Fernando. Griezmann acabó colgando un balón que fue directo a la cabeza de un Piqué que ya estaba como delantero centro a la desesperada para poner el 2-0 que mandaba el choque a la prórroga.

Tocaban 30 minutos para que el Barcelona siguiese su guion aprovechando la inferioridad numérica del Sevilla para tratar de llevar a cabo la machada y así lo hizo. A los pocos minutos de arrancar la prórroga Braithwaite mandaba se lanzaba en plancha para rematar un centro de Jordi Alba y batir entre las piernas a Vaclik. Los jugadores del cuadro de Nervión reclamaron penalti por una mano de Lenglet, pero Sánchez Martínez ni el VAR consideraron que hubiese pena máxima. Se calentaba el encuentro con una roja a un preparador hispalense y a Luuk De Jong, que protestaba desde el banquillo.

Los minutos pasaban y parecía imposible que el Sevilla anotase el gol que le valiese para estar en la final. En una acción Piqué volvió a dolerse de la rodilla de la que se lesionó y aguantó como pudo hasta el pitido final, eso sí, advirtiendo a sus compañeros de que no le dieran el cuero. Lo intentó a la desesperada el combinado de Julen Lopetegui en un partido que ya estaba roto completamente, pero ni tuvieron suerte ni los azulgranas pudieron hacer el cuarto a la contra.