US OPEN

Adiós a una leyenda: Serena Williams pierde en el US Open y se despide del tenis

Serena Williams fue eliminada por la australiana Ajla Tomljanovic en la tercera ronda del US Open

Serena Williams y una carrera legendaria

Serena Williams
Serena Williams, en su último partido. (Getty)

En un duelo que agrandó su extraordinario legado, Serena Williams fue eliminada por la australiana Ajla Tomljanovic en la tercera ronda del US Open y, con lágrimas en los ojos, dijo que no piensa replantearse su retirada. En el tercer capítulo de su semana mágica en Flushing Meadows, batalló hasta el final salvando hasta cinco pelotas de partido ante su rival, que se impuso después de tres horas de batalla por 7-5, 6-7 (4-7) y 6-1.

Tras la eliminación llegó el momento del adiós de Serena, una de las grandes figuras de la historia del deporte, sobre el mismo escenario donde se dio a conocer ganando el trofeo de 1999 con 19 años. La estadounidense, que cumplirá 41 años el 26 de este mes, dio por terminada casi tres décadas de una carrera iluminada con 73 títulos, 23 de ellos de Grand Slam.

Serena se quedó a sólo un Grand Slam de igualar el récord de Margaret Court, por el que peleó en cuatro finales perdidas entre 2018 y 2019, cuando ya había dado a luz a su hija Olympia.

Sin poder reprimir la emoción («Son lágrimas de felicidad, supongo»), Williams comenzó dando las gracias a su madre Oracene y su hermana mayor Venus, que se encontraban en la grada, y a su padre Richard, «que seguro que me está viendo», por «el viaje más increíble de mi vida».

«Todo empezó con mis padres», dijo Williams recordando los esfuerzos que pasaron para formar a dos campeonas en las inseguras canchas públicas de Compton, un suburbio de Los Ángeles. «Ellos se lo merecen todo. Estoy muy agradecida», afirmó.

«Y no sería Serena si no existiera Venus, así que gracias, Venus. Ella es la única razón por la que Serena Williams ha existido», dijo sobre su hermana mayor, con quien ganó 14 trofeos de Grand Slam en dobles y tres medallas de oro olímpicas.

En la contenida ceremonia (los grandes homenajes ya los recibió en los juegos anteriores), a Williams se le preguntó si podría reconsiderar su decisión de retirarse, que anunció el pasado mes. «No lo creo… pero nunca se sabe», respondió con una sonrisa enigmática.

Compañeras tenistas y personalidades enviaron mensajes de felicitación a Serena, cuya figura trascendió el deporte hasta ser durante años un ícono por la igualdad racial y de género.

«Eres literalmente la mejor dentro y fuera de la cancha. Gracias por inspirarnos a todos a perseguir nuestros sueños. ¡¡¡¡¡¡Te quiero hermanita!!!!!!», escribió en Twitter el golfista Tiger Woods, quien acudió a apoyarla esta semana a Flushing Meadows.

«Felicidades por una carrera increíble. Qué suerte hemos tenido de ver a una joven de Compton crecer hasta convertirse en una de las mejores atletas de todos los tiempos», dijo su amiga y ex primera dama Michelle Obama.

«La mejor de todas»

Tras un año de inactividad, Williams maravilló esta semana al mundo con dos asombrosas victorias en el US Open ante la montenegrina Danka Kovinic y la estonia Anett Kontaveit, toda una número dos del ránking mundial.

Si hubiera culminado la remontada ante Tomljanovic se hubiera convertido también en la tenista más veterana en disputar unos octavos de un Grand Slam desde el inicio de la era Open en 1968.

Williams hizo vibrar al público con golpes espectaculares, pero acabó pagando el desgaste de una intensa semana en la que disputó cuatro partidos en los últimos cinco días.

Sin siquiera 24 horas de descanso tras su derrota en dobles con Venus, a Serena le falló su mejor arma, el servicio, en el primer set, que cedió por primera vez en el torneo. Herida en su orgullo, y avistando el final, el implacable espíritu combativo de la estadounidense comenzó a brotar en el segundo set.

Sin ninguna intención de rendirse, se apoderó de los cuatro primeros juegos y encendió la olla a presión de la pista Arthur Ashe, que ahora sí se le venía encima a Tomljanovic.

Sin importarle desperdiciar cuatro pelotas de set, Serena se impuso en un tiebreak de alta tensión, el territorio que domina mejor que nadie, y forzó la manga de desenlace en una Arthur Ashe que había entrado en erupción. La estadounidense alargó el sueño rompiendo el servicio de Tomljanovic en el primer juego, pero las fuerzas se le escapaban frente a una rival 12 años menor.

Tomljanovic, a diferencia de las rivales anteriores, no empequeñeció ante el tamaño de la figura que tenía enfrente ni los 23.800 aficionados de la mayor pista del mundo. Serena no se marchó, sin embargo, sin un último recordatorio de que la rendición nunca estuvo en su diccionario.

Con sus últimas energías salvó de forma heroica cinco pelotas de partido de Tomljanovic, que acabó pidiendo disculpas por provocar el capítulo final de la gran campeona.

«Lo siento mucho porque quiero a Serena tanto como vosotros», aseguró la australiana al público. «Lo que ha hecho por mí, por el deporte del tenis, es increíble». «Hasta el último punto, yo sabía que ella podía», reconoció. «Así es ella, la mejor de todos los tiempos»

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