Temístocles: la figura de uno de los atenienses más destacados de la historia
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Muchas veces olvidado injustamente cuando se habla de los atenienses más importantes de la historia, hace falta preguntarse quién fue Temístocles y cuáles fueron sus logros para entender por qué consiguió ser uno de los hombres más importantes de esa época.
Nacido en la actual capital griega, en el año 525 a.C., fue famoso por su inteligencia. La misma le permitió desempeñar tareas diversas, pero siempre de primer rango, ayudado por un carácter enérgico que rápidamente le convirtió en alguien influyente.
¿Quién fue Temístocles?
La flota griega contaba con solo 380 barcos de guerra y 75.000 soldados, siendo muy inferior al persa. Al rey de Esparta, Leónidas, se le envió a al paso de Termópilas para parar el avance persa. La traición de una serie de griegos revelaron a los persas un paso secreto que cercó a Leónidas y que terminó muerto y Atenas terminó saqueada.
Más allá de sus políticas, el hecho que le transformaría en todo un símbolo de Atenas fue el resultado de la batalla de Salamina. Superado ampliamente en número por los persas, envió a su servidor Artajerjes como supuesto traidor a avisar a los persas que debían darse prisa ya que los atenienses huirían al día siguiente.
En el apuro, los persas acabaron molestándose entre sí, lo que daría ventaja a los atenienses en el campo. Mucho más ágiles y experimentados, se impondrían bajo las órdenes de Temístocles.
Era el año 480 a.C., y a partir de allí se transformaría en un personaje con mayor apoyo popular. Aunque no unánime.
El exilio de Temístocles
De hecho, los operadores políticos poco a poco fueron convenciendo al pueblo de que su líder les estaba frenando su libertad. Esto no caló al principio, pero lentamente algunos se convencieron de que, efectivamente, no serían libres con Temístocles.
Así, debió exiliarse y pasó a formar parte -como invitado- de la corte de Artajerjes, el rey persa.
Pero lo peor llegaría años más tarde, en el 461 a. C. Interesado el rey persa en volver a atacar Atenas, le pidió a Temístocles que hiciera venganza contra el que había sido su pueblo. Acorralado por la situación, éste decidió suicidarse para no tener que atacar Atenas ni tampoco decepcionar a quien le había recibido en su exilio. Sin embargo, eso no afecta su importancia histórica.
El doloroso exilio de Temístocles
Las envidias siempre han existido y algunos ciudadanos la tenían de Temístocles hasta convencer al pueblo ateniense de que su ansia de poder terminaría quitando las libertades. Se le condenó al exilio y terminó huyendo a la corte de Artajerjes, el rey persa donde estuvo muchos años en condición de invitado.
El año 461 a.C el rey persa volvió a tomar la decisión de atacar Grecia, solicitando a Temístocles que asumiera el mando para vengarse. Él no quiso mostrar ingratitud con el rey que tan bien le trató, pero tampoco podía traicionar a su patria. Al final terminó suicidándose y de esta manera volvió a salvar a Atenas.
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