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«Sangre verde alienigena»: un experto aclara que pasa si te comes una berenjena en este estado

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La berenjena, aunque comúnmente se la considera una verdura, en realidad es una fruta que pertenece a la familia de las solanáceas. Originaria de la India, hoy en día se encuentra en todo el mundo en una variedad de formas, tamaños y colores.

Sus beneficios incluyen la capacidad de reducir los niveles de colesterol, gracias a su contenido de fibra y ácido clorogénico, un antioxidante que inhibe la síntesis de colesterol en el hígado. También mejora la función cognitiva debido a la presencia de nasunina, una antocianina que protege las membranas celulares cerebrales del daño causado por los radicales libres.

¡No te comas la berenjena si está así!

Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencias y Tecnología de los Alimentos e ingeniero técnico agrícola, ha abordado una pregunta común sobre las berenjenas en su cuenta de X.

Explica que al echar sal sobre una berenjena, se produce la liberación de un líquido verdoso debido a la salida de jugos desde las células y los tejidos hacia el exterior, como respuesta para equilibrar la presión osmótica.

Este líquido contiene naturalmente ácido clorogénico, un compuesto fenólico que, al oxidarse y reaccionar con aminoácidos, forma pigmentos verdes.

El fenómeno puede ser más evidente en algunas variedades de berenjena que son ricas en ácido clorogénico y tienen una baja concentración de polifenoloxidasa. Esto último es una prioridad en la selección de variedades para evitar que las berenjenas se oscurezcan cuando se cortan.

La piel de la berenjena también proporciona pistas sobre su estado. Debe ser lisa y sin arrugas. Además, el color de la piel es importante; las partes con parches marrones indican que la berenjena está empezando a deteriorarse.

El tallo de la berenjena puede ser otro indicador de su frescura. En un estado óptimo, el tallo debe ser verde brillante. Si está pasada, el color del tallo se vuelve marrón.

Un truco práctico para evaluar el estado de la berenjena es presionar suavemente con la yema de los dedos. Si la carne cede con elasticidad y vuelve a su forma original después de presionar, está buena y lista para consumir. En cambio, si el dedo se hunde en la carne y no recupera su forma, es probable que la berenjena esté pasada.

Beneficios para la salud

La berenjena, compuesta por agua en un 92.6%, junto con su bajo contenido en grasas, la convierte en un alimento ligero. Además, es rica en fibra soluble, lo que favorece la salud intestinal.

En cuanto a sus micronutrientes, destaca su aporte de potasio y ácido fólico, así como de vitaminas B6 y B1 y magnesio.  También es útil para controlar el azúcar en la sangre debido a su bajo contenido en carbohidratos y su alto contenido en fibra y sustancias como la trigonelina. Además, su contenido de potasio y su efecto diurético ayudan a regular la presión arterial y a eliminar líquidos.

Por otro lado, es beneficiosa para el sistema nervioso debido a su contenido de vitaminas B6 y B1 y magnesio. Sin embargo, las personas propensas a formar cálculos renales deben consumirla con moderación debido a su alto contenido de oxalatos.

Sus antioxidantes, incluidos los ácidos fenólicos y las antocianinas, protegen contra la oxidación del colesterol y pueden ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares y degenerativas. Además, la nasunina, presente en la berenjena, protege las membranas de las neuronas.

Agua de berenjena

Para preparar agua de berenjena necesitas reunir los siguientes ingredientes: una berenjena mediana, un limón y un litro de agua mineral. Además, debes contar con una jarra para conservar el agua de berenjena y poder consumirla en otras ocasiones.

Comienza lavando bien la berenjena para eliminar cualquier residuo de su cáscara. Luego, quita el tallo con un cuchillo y córtala en cubitos, sin retirar la piel. Los trozos deben tener aproximadamente 1,5 centímetros de grosor. Coloca los cubitos de berenjena en la jarra.

Vierte el litro de agua mineral en la jarra para cubrir completamente la berenjena y remueve un poco. Exprime el limón para obtener todo su jugo y agrégalo también a la jarra. Vuelve a remover con una cuchara larga y coloca la jarra en el frigorífico. Deja reposar la mezcla durante toda la noche para que la berenjena macere y suelte todo su jugo, aprovechando al máximo sus propiedades. Al día siguiente, el agua de berenjena estará fresca y lista para consumir.