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El pueblo más divino que está construido entre rocas de montaña: lo debes visitar

Hay tantas pequeñas localidades en España que merecen la pena, que no nos da la vida entera para poder visitarlas todas. Sin embargo, puestos a seleccionar algunos, en esta ocasión queremos hablar de un pueblo construido entre rocas de montaña.

Nos referimos al poblado o villa de Margalef, en la provincia de Tarragona, un destino al que cada vez más turistas van porque leen o escuchan sobre esta característica tan especial. Es que no son muchos los asentamientos levantados entre cadenas montañosas, y éste es más accesible que la mayoría.

Sólo tienes que tomar la N-420 desde Tarragona y conducir por hora y media, aunque otros optan por una segunda alternativa que es ir desde Lleida por la C-12 y la C-242. Incluso, Barcelona está a dos horas.

Pueblo construido entre rocas de montaña

Localizado al noroeste de la comarca del Priorat, sobre el lado derecho del valle del río Montsant, destaca en una ubicación privilegiada que se forma gracias a la unión de la Sierra de la Llena y el macizo de Montsant.

Este desfiladero es único, con una orografía que ha condicionado la organización de las casas y los habitantes locales y que hace que pasearse por sus calles resulte una experiencia enriquecedora desde todo punto de vista. Su integración arquitectónica con la montaña es increíble.

Si uno presta atención, porque puede que andando se olvide de que se encuentra en un lugar distinto a todos, notará ciertas diferencias entre sus calles y las de las demás localidades del interior del país. Y, entre ellas, el aprovechamiento de las propias piedras de las montañas para las calles. Una de las más recomendables es la calle Covetes, si bien muchas te podrán conquistar.

Patrimonio natural y cultural

Más allá de las gigantescas rocas que nos dan la bienvenida a Margalef y están presentes en un primer o segundo plano donde vayamos dentro de este pueblo, hay ciertos puntos de interés turístico que no deberías perderte y tienes que incluir en tu ruta.

Entre los atractivos más aconsejables para el público general están la iglesia parroquial de San Miguel, una construcción neoclásica desarrollada en el siglo XVIII, y la ermita de San Salvador, un edificio del siglo XVI que parece protegerse bajo una inmensa roca. Todas las distancias en el casco de Margalef son cortas y pueden hacerse a pie. Estos dos sitios están a unos tres kilómetros.

Perfecto para el deporte de aventura

Si te gusta practicar deportes de aventura, este pueblo es ideal para ti. Cientos de escaladores llegan a la localidad cada semana para subir las empinadas montañas que la rodean. Desde principiantes hasta expertos que buscan nuevos desafíos en su vida. Sugerimos la escalada en grupos, y en las redes sociales hallarás gente que regularmente entrena allí los fines de semana.

Y si no eres tan intrépido o te gusta el senderismo, tienes buenas rutas como La Pileta, Les Espadelles y el Tormo d’en Glora. Algunos prefieren el reto de cimas como Tossal de les Ganyes, y hay quienes van por la espeleología en las cuevas de la región. En las afueras de la localidad, uno puede toparse con grietas en la montaña como las famosas Teix, Ximet, Miracle o Taverna.

¿Cómo es su gastronomía?

Los ciudadanos locales suelen reunirse en La Fonda Margalef, un espacio familiar y epicentro de las actividades de este entorno. Sirven comidas caseras, con platos como los de nuestras madres y abuelas catalanas, pero dándoles un toque de originalidad.

Durante el verano, disfrutarás de ricos platos al mismo tiempo que te enamorarás de las vistas desde su terraza con show musical.