El pueblo lleno de cascadas y sólo 50 habitantes que te va a enamorar

España es un país de una riqueza turística inimaginable, sin prácticamente salir de casa, podemos llegar a un pueblo de sólo 50 habitantes lleno de cascadas. El agua es uno de los elementos más relajantes que existe, por lo que necesitamos tenerlo siempre cerca o al menos ir a visitarlo siempre que no sea posible. No solo ante un mar que puede servirnos para depurar cuerpo y mente, también con un agua dulce que puede caer en forma de cascada. Si estás pensando en realizar una pequeña escapada, toma nota de qué pueblo debes visitar.

Este es el pueblo de sólo 50 habitantes lleno de cascadas

 

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A post shared by Tanja / Christian Riederer (@rabbit.on.tour)

Castilla y León es una comunidad autónoma que durante todo el año ofrece unos planes con la naturaleza de protagonista increíbles. En este punto, podemos perdernos en bosques o desconectar en pueblos con encanto. No necesitamos estar rodeados de gente, sino lo que buscamos es sumergirnos en un ambienta natural que nos ayude en nuestro día a día.

La provincia de Burgos es el lugar en el que encontramos un pequeño pueblo que parece sacado de un cuento. No es que haya sido fruto de la imaginación de un escritor, sino que ha sido la propia naturaleza la que ha dado lugar a un pueblo con una magia muy especial, gracias al poder del agua.

El agua fluye por este municipio de solo 50 habitantes y se escapa a través de unas cascadas que ponen la mente en un estado de relajación constante. Si nos cuesta dormir o tenemos muchas cosas en la cabeza, el ruido del agua puede hasta ser terapéutico. Sentiremos el poder de este elemento que va cayendo poco a poco y se convierte en un elemento que enamora.

Teniendo en cuenta que es un pueblo de solo 50 habitantes es casi como estar en un bar de cualquier ciudad, todos se conocen y no hay ninguna masificación. Poder perderse en Burgos es posible de la mano de un pueblo que debes anotar de inmediato, se llama, Orbaneja del Castillo.

Dependiendo de la época del año en el que lo visites podrás bañarte en las increíbles piscinas naturales que se forman. A diferencia del mar, el agua de este lugar suele estar más fría, por lo que no te aventures en un otoño en el que haga algo de calor o una primavera, sentirás el impacto de la temperatura excesivamente baja del agua.