Curiosidades
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Ni se te ocurra tapar el jamón con su propia piel: una de las mejores marcas de España te cuenta el motivo

  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

Mantener en perfectas condiciones una pata de jamón es casi un pequeño ritual en muchos hogares. El entusiasmo por degustarla durante semanas convive con la duda de cómo protegerla correctamente tras el primer corte.

Entre los consejos tradicionales más extendidos figura la idea de cubrir la zona expuesta con la piel o la grasa retirada. Sin embargo, una de las marcas más prestigiosas del país advierte de que esta costumbre puede arruinar el sabor de la pieza.

Enrique Tomás explica en su blog oficial cómo debe conservarse correctamente.

Por qué no debes tapar un jamón con su propia piel ni con la grasa retirada

Según detalla esta marca, utilizar la piel sobrante como protección es una mala práctica. Al cabo de unos días, esa grasa retirada comienza a oxidarse, adquiere matices rancios y termina transmitiendo ese sabor a la carne que debería proteger.

El resultado es un producto con un aroma alterado y una pérdida notable de calidad. Por ello, la firma insiste en desechar toda la corteza que se retira al empezar a cortar.

La única grasa que debe mantenerse es la que continúa adherida a la pieza, ya que actúa como barrera natural e impide una deshidratación excesiva.

Éste es el método correcto para conservar un jamón empezado

Los expertos recomiendan cubrir la superficie del corte con un paño limpio, preferiblemente de algodón y sin pelusas. Este tejido permite que el jamón respire, evita un secado acelerado y lo mantiene protegido de insectos y polvo.

La técnica de corte también influye. Retirar más grasa de la necesaria expone en exceso la carne y acelera su deterioro. Por eso, Enrique Tomás aconseja en su blog avanzar por el jamón de forma progresiva, manteniendo la mayor parte de la grasa adherida mientras sea posible.

Dónde colocar un jamón abierto para que no se estropee

La ubicación es un factor clave. La pata debe mantenerse alejada de fuentes de calor y de la luz solar directa. Espacios como una despensa, una galería o una zona fresca y ventilada resultan ideales para conservarla. El frigorífico queda descartado por motivos evidentes de tamaño y de humedad.

Aún con las condiciones adecuadas, la zona expuesta siempre tenderá a secarse ligeramente. Para recuperar todo su aroma bastará con desechar las dos o tres primeras lonchas antes de reanudar el corte. Estas láminas más secas pueden aprovecharse en croquetas o rellenos.

Cuánto tiempo puede durar un jamón abierto según la temperatura

Esta marca explica que la época del año influye directamente en la vida útil de una pieza empezada. Durante los meses más cálidos, el jamón debe consumirse en un máximo de 14 días.

En invierno, este margen puede ampliarse hasta 21 días, siempre que se mantengan las condiciones de conservación recomendadas.

Cómo conservar el jamón si se supera el plazo recomendado

Si tras ese periodo aún queda una cantidad considerable, Enrique Tomás propone una alternativa profesional: llevar la pieza a una de sus jamonerías para que la laminen y la envasen al vacío. Este proceso otorga hasta tres meses adicionales de conservación sin pérdida de calidad.