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Ni miel ni azúcar: el truco viral de las abuelas andaluzas para que las torrijas queden mucho más sabrosas

Para muchas cocinas del sur peninsular, las torrijas, más allá de ser un postre tradicional, son una forma de mantener vivas las costumbres familiares. Es en los hogares andaluces donde se conservan detalles culinarios que no figuran en los recetarios convencionales. Y claro, como era de esperarse, las abuelas andaluzas saben cómo obtener un resultado sabroso sin excesos.

Este dulce se elabora principalmente con pan, leche, huevos y, en muchos casos, miel. Sin embargo, en algunas versiones tradicionales andaluzas, se empleó otro tipo de ingredientes y técnicas que permiten conseguir un sabor más profundo, incluso evitando el uso del azúcar o la miel en la presentación final.

¿Cuál es el truco de las abuelas andaluzas para que las torrijas queden más sabrosas?

Benditas sean las abuelas andaluzas, que por tanto tiempo mantienen vivos en su memoria trucos que hoy se viralizan gracias a las redes sociales. Uno de los más característicos consiste en aromatizar la leche con ingredientes que aportan más sabor y, valga la redundancia, aroma. Y vaya si viene al pelo para la Semana Santa, por ejemplo.

Esto permite que la dulzura esté en el fondo del paladar, sin necesidad de empalagar. El truco de las abuelas recae en utilizar piel de limón o naranja al infusionar la leche. Este método tradicional prescinde del azúcar añadido y hace que el conjunto de la torrija resulte más equilibrado.

Como truco extra, también suelen agregarle un chorrito de anís dulce o vino de Jerez en la leche o en el huevo batido. Otra opción es el uso de canela en rama y clavo, que se añaden a la leche para enriquecerla antes de empapar el pan.

Paso a paso: así se preparan las torrijas según las abuelas andaluzas

Por si no te ha quedado claro, en ciertas zonas como Sevilla o Málaga, las torrijas se preparan desde hace décadas sin edulcorantes directos al final del proceso. A continuación, los ingredientes habituales:

El proceso de preparación sigue estos pasos básicos:

  1. Infusionar la leche con la piel de cítricos, canela, clavo y un toque de anís o vino dulce. Dejar hervir, apagar el fuego y reposar hasta que temple.
  2. Empapar el pan con esta leche ya colada, evitando que se deshaga.
  3. Pasar por huevo batido y freír en aceite caliente hasta que se doren por ambos lados.
  4. Escurrir en papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
  5. Servir sin necesidad de añadir miel ni azúcar.

Esta versión conserva la esencia del dulce, pero evita recargar el resultado con elementos dulces añadidos tras la fritura. El sabor viene dado únicamente por los ingredientes infusionados.

Otros secretos y versiones de las torrijas

En algunos hogares, especialmente en pueblos del interior andaluz, el toque final no incluye miel ni azúcar espolvoreado. En su lugar, se deja que la torrija repose, permitiendo que los sabores se asienten.

Algunas versiones que se siguen preparando en la región incluyen:

Según recogía el medio ‘La Voz de Almería’ en un artículo sobre repostería conventual, las monjas optaron durante siglos por estas versiones sin azúcares añadidos para adaptar la receta a los preceptos de la Cuaresma.

Por último, otro detalle en el que insisten las abuelas andaluzas tiene que ver con la temperatura del aceite. Es fundamental que esté caliente pero no humeante, ya que así se consigue que las torrijas se frían de forma uniforme, sin absorber demasiado aceite.

Además, el tiempo de reposo posterior a la preparación es clave para que la torrija gane sabor. Se recomienda dejarlas reposar varias horas antes de servirlas, incluso de un día para otro.