Ni Alemania ni Francia: todos los países de Europa que no cambian la hora en invierno
El cambio de hora se formalizó a través de una directiva en el año 2000
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El cambio de hora en octubre marca el inicio del horario de invierno en España y en muchos países de Europa. En la madrugada del último domingo de este mes, los relojes se retrasan una hora, pasando de las 3:00 a las 2:00, lo cual permite disfrutar de una hora extra de sueño. Esta práctica tiene su origen en la necesidad de aprovechar mejor la luz natural y reducir el consumo energético, una medida adoptada en Europa desde 1980 y establecida formalmente en todos los Estados miembros de la Unión Europea a través de una directiva en el año 2000.
Sin embargo, el cambio de hora ha suscitado un debate cada vez más intenso acerca de sus beneficios reales y su impacto en la vida cotidiana de las personas. En 2018, la Comisión Europea llevó a cabo una consulta pública en la que la mayoría de los ciudadanos expresó su deseo de acabar con esta práctica. A pesar de esta preferencia, las diferencias de opinión entre los países y la falta de consenso sobre qué horario mantener (si el de invierno o el de verano) han aplazado la decisión de eliminar el cambio de hora.
Los países de Europa que no cambian la hora
Esta madrugada, los ciudadanos de España y de otros países de Europa Europa hemos podido dormir una hora extra debido al cambio al horario de invierno. A las 3:00 de la madrugada, los relojes se retrasaron una hora para volver a marcar las 2:00, un ajuste que en España se realiza desde 1980 y continuará vigente al menos hasta 2026. Esta práctica de adelantar o retrasar los relojes se ha convertido en un tema muy polémico, ya que muchos expertos han cuestionado su utilidad en cuanto al ahorro energético y su impacto en la salud de las personas.
La intención inicial de cambiar la hora era optimizar el uso de la luz natural y reducir el consumo energético. Sin embargo, estudios recientes sugieren que el ahorro real en energía es mínimo, especialmente con el cambio en el consumo y el estilo de vida modernos. Además, existen efectos negativos sobre la salud y el bienestar de las personas, como la alteración en los patrones de sueño y los ritmos circadianos.
En Europa, mientras muchos países siguen adaptando sus relojes al horario de verano e invierno, como España, otros han optado por mantener el mismo horario durante todo el año. Entre los países que no cambian la hora se encuentran Rusia, Bielorrusia, Turquía, Islandia y, recientemente, Ucrania, aunque éste último solo hasta 2025, tras la decisión que se tomó en su Parlamento en julio de este año. Estos países han optado por no realizar ajustes estacionales en sus relojes, en gran medida para evitar las interrupciones en la vida diaria que supone el cambio de hora.
A nivel global, menos del 40% de los países cambian la hora, aunque en el pasado más de 140 lo hicieron en algún momento. En Oceanía, sólo Nueva Zelanda y algunas regiones de Australia siguen ajustando sus relojes, mientras que en Asia, China y Japón no aplican este cambio, con la peculiaridad de que China, pese a su vasta extensión, utiliza un único huso horario en todo el país, el de Pekín. En América, algunos estados de Estados Unidos harán el cambio de hora el 4 de noviembre, mientras que en Sudamérica y Centroamérica, únicamente Chile, Paraguay y algunas partes de Brasil cambian la hora. En África, Egipto es el único país que ajusta su reloj, como ha ocurrido esta madrugada.
Este cambio de hora sigue siendo un tema de debate y análisis, y cada vez más voces piden su abolición en favor de una estabilidad en los horarios que permita a las personas mantener un ritmo vital más saludable y regular durante todo el año.
¿Fin en 2026?
La Directiva Europea del 2000 establece el cambio de hora en todos los Estados miembros de la Unión Europea, marcando el inicio del horario de verano en marzo y su final en octubre. Sin embargo, el cambio de hora ha suscitado controversia y, en 2018, la Comisión Europea organizó una consulta pública donde el 80% de los votantes expresaron su deseo de acabar con esta práctica. La Comisión propuso finalizar los cambios en 2019, pero la falta de consenso y la pandemia retrasaron la decisión.
En España, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) encontró que el 65% de los encuestados prefiere el horario de verano. Aun así, un comité de expertos recomendó no realizar cambios precipitados en los husos horarios hasta lograr un consenso amplio. El Parlamento Europeo también ha señalado que los ahorros energéticos por cambio de hora son marginales y variables según factores como el clima y el comportamiento de los ciudadanos.
Finalmente, en 2022, el Ministerio de la Presidencia en España fijó el último cambio de hora para el 25 de octubre de 2026. Si no se revisa esta orden, España permanecerá en el horario de invierno de forma permanente.
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