Salud

Éstas son las personas que tienen que dejar de beber cerveza para siempre: lo piden los expertos

Cerveza
Dos jarras de cerveza.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La cerveza es una de las bebidas más antiguas y populares del mundo. Se cree que su origen data de hace más de 7.000 años en la antigua Mesopotamia, donde se producía a partir de cereales fermentados como la cebada. Desde entonces, ha formado parte de muchas culturas como un símbolo de reunión social. A lo largo de los siglos, la cerveza ha evolucionado, y su consumo ha aumentado exponencialmente en los últimos siglos, siendo una de las bebidas alcohólicas más consumidas a nivel global.

La cerveza contiene nutrientes como vitaminas del grupo B y antioxidantes, y se ha asociado con efectos positivos para la salud cardiovascular en pequeñas cantidades. No obstante, los problemas surgen cuando se consume en exceso. El alcohol en la cerveza, al igual que en otras bebidas alcohólicas, puede tener efectos negativos en el cuerpo, incluyendo la alteración del hígado, problemas digestivos, aumento de peso y riesgo de enfermedades crónicas. Los expertos alertan sobre la necesidad de tomar conciencia de los riesgos y, en algunos casos, de abstenerse por completo de esta bebida.

Las personas que no deben beber cerveza

El doctor Richard Restak, en su obra «Complete Guide to Memory: The Science of Strengthening Your Mind», alerta sobre los efectos negativos que el alcohol puede tener sobre el cerebro, especialmente en la memoria y las funciones cognitivas. Restak explica que, a pesar de que el cerebro tiene la capacidad de mejorar con el tiempo, este proceso puede verse interrumpido por el abuso de alcohol. El consumo regular y elevado de alcohol afecta las neuronas y las conexiones entre ellas, lo que puede llevar a un deterioro en la capacidad de recordar y procesar información.

El cerebro humano está diseñado para adaptarse y fortalecer la memoria mediante la repetición y la estimulación mental. Sin embargo, el abuso de alcohol interrumpe este proceso, ya que afecta a los circuitos neuronales responsables de la concentración, la atención y la memoria. Por lo tanto, el consumo excesivo de alcohol afecta a la capacidad para recordar hechos y detalles, y también puede alterar la forma en que el cerebro procesa la información a largo plazo.

Cómo afecta el alcohol al cerebro

Según Restak, el alcohol no sólo afecta la memoria, sino que también interfiere con otras funciones cognitivas esenciales, como el juicio, la toma de decisiones y la capacidad de aprendizaje. Los estudios científicos han demostrado que el consumo excesivo de alcohol puede llevar al encogimiento del cerebro, lo que aumenta el riesgo de sufrir demencia y otras enfermedades neurodegenerativas.

El alcohol tiene un efecto tóxico sobre las células cerebrales. Cuando se consume en grandes cantidades, el cerebro no se puede regenerar correctamente, lo que afecta directamente a la memoria, las emociones y el comportamiento. Además, el alcohol puede alterar la comunicación entre las neuronas, lo que provoca dificultades en la coordinación motora, el pensamiento lógico y el procesamiento de la información. A medida que una persona envejece, los efectos del alcohol pueden volverse más graves, y el daño a las funciones cerebrales se vuelve irreversible.

El consumo habitual de alcohol también está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades de salud mental. Las personas que beben de forma excesiva tienen más probabilidades de sufrir de ansiedad, depresión y otros trastornos psicológicos. El alcohol, en lugar de aliviar el estrés o la ansiedad, puede intensificar estos problemas, ya que interfiere en el equilibrio químico del cerebro. Además, los efectos depresivos del alcohol pueden empeorar con el tiempo, creando un ciclo negativo en el que el individuo busca consuelo en el alcohol para lidiar con su malestar emocional, lo que a su vez agrava el problema.

La edad es clave

Uno de los puntos más importantes que el doctor Restak aborda en su obra es la edad a la que las personas deben reconsiderar su consumo de alcohol. En España, por ejemplo, la media de edad para empezar a beber se encuentra en los 14 años, a pesar de que la ley prohíbe la venta y el consumo de alcohol a menores de 18 años. Esta edad de inicio es preocupante, ya que el cerebro continúa desarrollándose hasta los 25 años, lo que significa que el consumo de alcohol a una edad temprana puede tener efectos a largo plazo en el desarrollo cerebral y la salud mental.

Para los adultos mayores, la recomendación es aún más clara. Según Restak, es fundamental reducir el consumo de alcohol a partir de los 65 años, ya que es a esta edad cuando el cerebro comienza a perder neuronas de manera acelerada. A partir de los 70 años, el riesgo de sufrir deterioro cognitivo y enfermedades como la demencia aumenta considerablemente, y el alcohol puede ser un factor desencadenante o acelerador de estos problemas. El consumo excesivo de alcohol en personas mayores puede reducir de forma significativa su calidad de vida.

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