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Mi abuela usaba este truco para dejar las sábanas blancas como el primer día: sólo necesitas esto que tenemos todos en casa

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Todos queremos que nuestras sábanas luzcan siempre limpias, frescas y blancas, pero con el tiempo tienden a amarillear. A veces, los detergentes convencionales no son suficientes y buscamos soluciones más efectivas sin recurrir a productos químicos agresivos. Afortunadamente, existen métodos caseros, sencillos y económicos, como este truco que las abuelas llevan utilizando desde hace décadas utilizando para dejar las sábanas blancas sin dañar los tejidos: sólo necesitas bicarbonato de sodio.

A diferencia de algunos blanqueadores comerciales que pueden deteriorar las sábanas con el tiempo, el bicarbonato de sodio es suave y se puede utilizar con frecuencia. Las sábanas absorben la grasa y el sudor corporal, y este producto actúa como desodorante natural, eliminando los malos olores, al tiempo que remueve manchas superficiales gracias a su acción alcalina. Asimismo, tiene un efecto suavizante natural que hace que las sábanas se mantengan suaves, alargando su vida útil.

El truco definitivo para dejar las sábanas blancas

El primer paso para aplicar este método consiste en separar las sábanas blancas del resto de la ropa. Luego, prepara un ciclo de lavado, ajustando la temperatura del agua según el tipo de tela. Para sábanas de algodón resistente, el agua caliente es la opción más recomendable, ya que ayuda a remover manchas y a potenciar la acción limpiadora del bicarbonato. En el caso de fibras más delicadas, como el lino o mezclas de algodón y poliéster, es mejor optar por agua templada.

El truco de las abuelas para dejar las sábanas blancas consiste en añadir bicarbonato de sodio directamente en el tambor de la lavadora. La cantidad varía según el número de sábanas y la dureza del agua, pero generalmente entre media taza y una taza de bicarbonato es suficiente para un ciclo completo. Este producto potencia la acción del detergente, facilitando la eliminación de suciedad y suavizando las fibras.

Para manchas específicas, como las de sudor, café, té o maquillaje, es recomendable realizar un tratamiento previo. Para ello, prepara una pasta de bicarbonato de sodio y agua, y aplícala directamente sobre la mancha. Deja que actúe durante 20 minutos, y, una vez transcurrido el tiempo, mete las sábanas en la lavadora.

Después de sacarlas, tiéndelas para que se sequen al sol, ya que los rayos UV ayudan a mantener la blancura y eliminan gérmenes y bacterias. Sin embargo, es importante no dejarlas tendidas durante demasiado tiempo, ya que la exposición prolongada puede debilitar las fibras con el tiempo.

En cuanto al almacenamiento, es aconsejable guardarlas en un lugar limpio, seco y ventilado. No las metas en fundas de plástico, ya que la acumulación de humedad podría generar manchas amarillentas o moho.

Alternativas

Además del truco del bicarbonato de sodio para dejar las sábanas blancas, existen otros métodos caseros para mantenerlas frescas y libres de residuos químicos.

Frecuencia de lavado

«Tras una semana de uso, una funda de almohada puede contener hasta tres millones de bacterias por centímetro cuadrado, aumentando a casi 12 millones tras cuatro semanas. La microbiota de la piel y bacterias de la boca se transfieren a la ropa de cama, mientras que la humedad favorece el crecimiento de hongos como Aspergillus fumigatus, especialmente en personas alérgicas. Además, los ácaros se alimentan de células muertas de la piel liberadas durante el sueño», recoge National Geographic.

Mantener la ropa de cama limpia es fundamental para la salud y el bienestar general. Los expertos recomiendan cambiar y lavar las sábanas una vez por semana ayuda a prevenir la acumulación de suciedad, bacterias, hongos y ácaros que pueden afectar tanto la piel como las vías respiratorias. La higiene personal es otro factor clave. Ducharse regularmente y evitar acostarse con sudor o ropa usada limita la transferencia de bacterias y secreciones corporales a las sábanas.