Rosalía dice adiós a su gira ‘El Mal Querer’: éxtasis flamenco y delirio colectivo en el WiZink de Madrid

Que 2019 ha sido el año de Rosalía no lo pone en duda nadie. Su meteórico ascenso al Olimpo de la música la ha transformado de artista emergente a diosa en poco más de un año. Y solo ha necesitado un disco, y un buen puñado de singles, para ello. Este martes 10 de diciembre, la cantante catalana pegaba carpetazo, en Madrid, a la gira que le ha llevado desde Las Vegas hasta Nueva York y desde el Instagram de Rossy de Palma al de Kylie Kardashian. Un concierto de casi dos horas que desató el delirio colectivo en el WiZink Center de la capital entre «trá, trás», ritmos urbanos y mucho flamenco redimensionado a la era millenial. El de Madrid fue el tercero de tres conciertos anunciados como la traca final de la gira ‘El Mal Querer’. Todos ellos con el cartel de ‘sold out’ desde el mismo momento de su anuncio.

Entre el público que asistió a la demostración de poderío de este martes seguramente habría quien le sigue la pista a esta catalana desde que viera la luz su disco de flamenco, puro, ‘Los Ángeles’. Muchos de ellos, probablemente asistieran al cambio radical de directo que experimentó Rosalía cuando pasó de la guitarra española, como único acompañamiento, al show de potente producción con cuerpo de baile, coristas, palmeros y cambios de vestuario propios de una diva. Esa transformación que estrenó con su actuación en el festival Sónar 2018 y que, un mes después, cristalizó en el festival Cultura Inquieta de Madrid. Este martes, en Madrid, Rosalía ofreció una versión afinada y estilizada de aquellos primeros espectáculos.

Fue el bailaor sevillano El Polito, pariente de Farruco y que ya ha precalentado el escenario de grandes reinas de la música como Beyoncé o Madonna, quien subió primero al escenario. Acompañado del cantaor Juan José Amador, Carlos de Jacoba y Paco Vega, El Polito anunciaba con sus taconeos, durante media hora, que la llegada de Rosalía era inminente mientras los últimos rezagados llenaban los huecos libres.

Su primera actuación en uno de los mayores recintos escénicos de España se auguraba épica. Y lo fue. Rosalía ha ido agrandando su tracklist con singles que han barrido en los rankings y que, durante las casi dos horas del concierto, demostraron los actuales poderes que posee la cantante en cuanto a repertorio y registros musicales. Y por fin, llegó el momento. Cambiando ligeramente el orden de sus canciones del que siguió en conciertos anteriores de esta gira, Rosalía arrancó un show cuyo eje central no se alejaba mucho de lo que ya hemos visto aunque llevado al exponente de la excelencia escénica. Un escenario custodiado por dos pantallas verticales simples pero efectivas que mostraban casi en todo momento a Rosalía.

‘Pienso en tu mirá’ fue la primera canción que sonó. Acompañándole a grito pelado, más de 17.000 personas ansiosas por cantar con Rosalía todos y cada uno de los ‘hits’ con los que ha cautivado a medio mundo. Vestida con una reinterpretación del vestido que lució en los Grammy Latinos, empalmó con su éxito más reciente ‘A Palé’.

Le siguió ‘De madrugá’, una canción producida por Pharrell en la que Rosalía despliega todo su poderío vocal y que, aunque la toca en directo desde el germen de esta gira, todavía no ha publicado (¿a qué esperará?). Continuó con ‘Barefoot in the Park’, el cover que firma junto a James Blake. ‘Que no salga la luna’, unas pinceladas de ‘Maldición’ y… la única canción de su primer disco que mantiene en sus directos actuales: la preciosa joya de la corona ‘Catalina’. Como ha hecho hasta ahora, la cantó a pelo, sin arreglos musicales y sin mácula. Sobran las palabras, hay que verlo para sentirlo.

Desfilaron después ‘Aunque es de noche’, su ya clásico remix de ‘Te estoy amando locamente’ de Las Grecas, una intro de ‘Di mi nombre’ y ‘De aquí no sales’. Una breve pausa con un vídeo de ella ensayando para cambiarse de vestuario y reapareció para arremeter con su repertorio más urbano y más reciente. ‘Milionària’ empalmada con ‘Dios nos libre del dinero’, dos canciones que juntas conforman una unidad temática. Siguió ‘Bagdad’, la canción dedicada a la sala erótica barcelonesa y que cuenta con un sample de Justin Timberlake, y ‘Brillo’, que le granjeo la amistad y el favor de J Balvin. Siguió con ‘Como Ali’, otro de esos temas congelados en la discográfica que espera ansioso por ver la luz y reventar altavoces por doquier.

También sonó en el WiZink Center ‘No me llames más que ya no voy’, de Rodolfo Parrita, con la que embaucó a la audiencia más joven con su actuación en los MTV EMA 2019.

Y llegó el golpe de efecto con el que se especulaba desde que el lunes apareciera Ozuna en El Hormiguero de Antena 3. Rosalía roneó al público: «Si yo digo yo por tí, tú dices…?». Comenzó a cantar ‘Yo x tí, tu x mí’ a solas pero en medio de la canción apareció el puertorriqueño para acompañar a su «amiga» con la canción que les ha unido. Y para no rebajar ni un ápice el furor del momento, ‘Con Altura’ revolucionó lo revolucionado. Ésta última, firmada conjuntamente con su incansable compañero de fátigas El Guincho y J Balvin y cuyo videoclip ha sido un auténtico bombazo de visitas récord.

Para despedirse un trío de ases con los que Rosalía se lució magistralmente: ‘A ningún hombre consiento’, ‘Aute Cuture’ y la ya archiconocida ‘Malamente’. De las tres, la segunda se corresponde con esos singles que la artista tiene guardados en alguna nevera discográfica y que va publicando a antojo, o siguiendo un estricto y calculado plan de negocio. Sea como sea, Rosalía despedirá 2019 con una merecida sonrisa en la cara y deseando que 2020, al menos, le permita mantener todo lo que ya ha ganado en talento, fama y dinero.