Coldplay vuelve a hacernos soñar con ‘A Head Full of Dreams’

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Ignacio L. Albero

Renacen de sus cenizas fantasmagóricas para devolvernos el color que enamoró a muchos en Mylo Xyloto. Una simbiosis perfecta de su parte más oscura, Ghost Stories, y su felicidad más plena conforman el nuevo álbum de Coldplay: A Head Full of Dreams. Por sus cuatro cerebros británicos han brotado sueños que han plasmado mágicamente en 45:52 segundos de pura fantasía cromática.

Te envuelve, te engancha y no te deja marcharte al trabajo con un semblante serio en la cara. Esa sonrisilla inconfundible que a uno le genera reunirse con su pareja es capaz de despertar este cofre de oro musical creado por Chris Martin y los suyos. Son más mayores, su música ha sufrido una metamorfosis dramática desde que aparecieron con Yellow allá por el 2000, pero sea como fuere, siguen teniendo el carisma musical al nivel de un Airbus: por las nubes. Si se la jugaran e hicieran un rap, competirían hasta con su colega Jay Z.

La sensación que produce cuando uno se quita los cascos dando por finalizada la odisea en el espacio es la de casi siempre: “Lo han vuelto a hacer”. Himnos de estadio, tintes discotequeros, un par de baladas y un final épico conforman, principalmente, la ecuación de esta cabeza llena de sueños. Quizá no sean ni sus mejores temas, ni su estilo más definido y característico que claman los puristas, ni tan siquiera sea su mejor disco, pero la composición funciona mejor que un trozo de pizza a las 3 de la mañana. Extasis de felicidad y explosión de color que no pierde del todo algún recodo para la melancolía. 11 canciones que en OkDiario hemos podido disfrutar antes del lanzamiento mundial este viernes y que merecen un análisis particular. Allá vamos:

1 – A HEAD FULL OF DREAMS

La historia comienza potente. Un himno que arranca entre sintetizadores que van marcando la melodía para el subidón que pone seudónimo a la obra onírica de Coldplay. La voz de Martin no se cansa de repetir que este paseo musical va a ser, realmente, por sus cabezas llenas de sueños. La promesa no será como la de un político en campaña electoral. Es el anticipo a lo U2 de un viaje por el mundo feliz de Coldplay.

2 – BIRDS

El buen ‘rollito’ elevado a la máxima potencia. Sorprende este tema que, tras haber escuchados los breves adelantos en la cuenta de Instagram de los británicos, no prometía mucho. Esos tristes y confusos segundos, por los que alguno ya daba por ‘spam’ a la canción, poco tienen que ver con los que escondían los ‘pájaros’ de Coldplay. Con algún guiño folk que recuerda al tema Ink de Ghost Stories, promete ser una de las más amadas por el ‘coldplayer’ medio.

3 – HYMN FOR THE WEEKEND

Beyoncé arranca la sinfonía discotequera más arriesgada vista por Coldplay hasta la fecha. La mezcla entre ambas voces funciona al nivel de un gin-tonic hecho con cariño. El ‘ángel’ se la pone botando a Chris Martin que la coloca en la escuadra de cualquier oído. Eso sí, es la canción que, al igual que ‘A Sky Full of Stars’ en Ghost Stories, rompe la linealidad del álbum. Poco importa. Se comerá cientos de pistas de baile y a alguno le servirá para robar un beso en juergas nocturnas. Recomendación si eres muy fan de la banda: al principio entra con calzador. A la tercera escucha se te habrá quitado casi seguro el complejo de ‘hipster’ alternativo.

4 – EVERGLOW

Tras tal sobredosis de épica llega la balada lenta de piano made in The Bakery. No es difícil imaginarse al bueno de Chris Martin en una noche mal llevada, sentarse al piano y parir letra y melodía. Bonita, lenta, y por momentos, siendo sincero, monótona, resucita con la guitarra de Johnny Buckland al final de la misma. Ese toque hace que de un 5 se convierta en un 6.

5 – ADEVENTURE OF A LIFETIME

Como una luz en el océano llega el single que ya han escuchado todos: Adventure of a Lifetime. Arriesgada, con cierto folklore indio y el sello inconfundible de Stargate, es la canción que mejor define al título del disco. La guitarra de Buckland se convierte en una bendición bajada de los cielos; y Berryman saca el bajo para fardar. La voz de Chris Martin completa otro himno de estado e incluso válida para alguna discoteca. Frenética, precisa y con un final apasionante en medio de coros sin letra.

6 – FUN

Si Birds era una sorpresa, Fun no lo es menos. El toque más pop aparece junto con la maravillosa voz de la sueca Tove Lo. Una melodía adictiva que no se va de la cabeza pasado los días. Otra vez vuelve a quitar plano a todos Buckland, esta vez con un toque de la batería de Will Champion, que junto al dúo de voces se marcan una maravilla musical. Sencillamente perfecta.

7 – KALEIDOSCOPE

Guiño o ‘peloteo’ a Obama que musicalmente sirve de poco. Un receso de lujo para enlazar a la siguiente canción de la forma que tanto gustaba a Brian Eno. Los instrumentos hábiles te ensartan en una época de teatros antiguo que no dura mucho.

8 – ARMY OF ONE (Hidden track: X MARKS THE SPOT)

Prometía más de lo que finalmente fue. Stargate propone una melodía que, como en Fun, es adictiva, pero que Coldplay no ha sabido o podido conseguir el efecto de su antecesora. La letra es lo mejor de una canción que enlaza a X Marks the Spot. Hidden track que, para que nos vamos a engañar, se podían haber ahorrado. Salen totalmente de su registro para enzarzarse con sonidos que les van igual que a Paris Hilton un chándal de Decathlon.

9 – AMAZING DAY

Si alguien tuviera la oportunidad de narrar musicalmente lo que supone un día perfecto, esta sería la letra, la melodía, el ritmo… la canción. La ejecución es mejor que la de una nadadora rusa en la sincronizada. No falla absolutamente nada en cada nota que compone esta obra maestra de Coldplay. Semi balada que acaba en alto con Chris Martin tirando de garganta y corazón para terminar emocionando a todo ser con corazón en el pecho.

10 – COLOUR SPECTRUM

Los sonidos con la que inicia el disco se alargan un poco más recorriendo el resto de temas del disco para devolverle a Coldplay el espectro de color que tanto ansiaban.

11 – UP&UP

Realza la estructura de un disco que pasadas las 6 primera canciones corría serios riesgos de recuperar la monotonía gris (pero brillante) de Ghost Stories. Si Amazing Day ya nos devolvía tímidamente el color; Up&Up lo certifica evocando al espíritu de no rendirse cuando a uno se le tuercen las cosas. Pegadiza, sobrada de ‘buenro’ y que pone el broche final al sueño nacido en Londres allá por 1996. Por ponerle un ‘pero’ -por haberla escuchado en directo- da la sensación que la producción de Stargate hace deslucir al resto de la banda. No hay que tomar medidas de ningún tipo para que, a pesar de todo, este se convierta en el mejor final posible para la séptima obra de arte de Coldplay.

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