Los 100 años del artista Eusebio Sempere en la Galería de Guillermo de Osma
En el centenario del nacimiento del artista, la galería Guillermo de Osma prepara una exposición individual con casi cuarenta obras de los años 50 y 60.
Eusebio Sempere (Alicante, 1923-1985) residió en París en dos ocasiones. En su primera estancia, financiada con una beca del Sindicato Español Universitario, llevó a cabo un trabajo inclinado a la abstracción e inspirado en la obra de Mondrian, Matisse, Kandinsky o Braque, a quien visitaba en su taller. En ese momento coincidió con otros importantes artistas españoles como Chillida o Palazuelo. En el centenario del nacimiento del artista, la galería Guillermo de Osma prepara una exposición individual con casi cuarenta obras de los años 50 y 60.
Con el paso del tiempo, sus experiencias vitales y las personas que influyeron en su obra –Auguste Herbin, Josef Albers, Sonia Delaunay y la artista cubana Loló Soldevilla, con quien entabló una importante relación– le llevaron a separarse definitivamente de la figuración y a desarrollar un estilo puramente abstracto y cada vez más geométrico. Plasmaba estos conceptos en dibujos sintéticos, estructuras con dos o tres planos superpuestos a modo de celosías, y otras composiciones lineales ejecutadas en papel o a través del collage, el relieve y el óleo. Toda esta producción fue un preludio de los móviles y otras esculturas cinéticas que a partir de los años sesenta empezó a producir en metal.
Regresó a España en 1960. Entre 1963 y 1966 Sempere consiguió una beca de la Fundación Ford. Así viajó por Estados Unidos, se inspiró en movimientos como el minimalismo y participó en exposiciones colectivas en el MoMA y otras instituciones significativas. En Nueva York se organizó una de sus primeras muestras individuales, en la prestigiosa Bertha Schaefer Gallery.
Tanto su obra escultórica como plástica evolucionó entre lo geométrico, lo cinético y lo óptico con un estilo muy personal que la hacen siempre fácilmente reconocible. El método de trabajo de Sempere era muy minucioso y laborioso, creando línea por línea, con su famosa regla unas superficies sutiles y poéticas, pero contundentes y ricas, donde la interacción de la línea y el color con la luz es de suma importancia. Así, el artista consideraba que sus esculturas eran pinturas en tres dimensiones.
Sus estancias en París y Estados Unidos le dieron la posibilidad de emprender, a partir de los años cincuenta, una pausada labor de investigación plástica que culminó en un reconocimiento internacional. Su obra se conserva en algunas de las instituciones más importantes del mundo como el Reina Sofía, el Pompidou, Harvard, el MoMA, la Fundación Juan March o el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca.
Esta exposición está compuesta principalmente por collages, gouaches y óleos. La mitad proviene de la importante colección del estadounidense Edward Helig y se presenta completa por primera vez. También se incluye una escultura giratoria que se realizó a gran escala para la Fundación Juan March, en cuya sede madrileña se encuentra actualmente.
Sempere, al igual que otros grandes artistas de la abstracción española, siempre ha estado presente en los proyectos de la galería, que en esta ocasión le rinde un homenaje especial. Como en todas las exposiciones, se editará un catálogo con todas las obras y un ensayo de Osbel Suárez.
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