Comunidad Valenciana
LEY DE CONCORDIA VALENCIANA

La portavoz del PP en la Ley de Concordia, bisnieta de un socialista fusilado por ayudar a un cura

La abuela de Marisa Gayo no quería contar lo sucedido a su bisabuelo: "Me decía que lo mejor era vivir sin odio"

Marisa Gayo a los diputados valencianos: "Hay que vivir sin instrumentalizar la historia para no faltar a la memoria de todos"

La diputada del PP que defiende la Ley de Concordia: "Historias de familiares, amigos. A todos les debemos vivir sin odio"

La portavoz del PP que ha defendido la Ley de Concordia de los populares y de Vox en el Pleno de las Cortes Valencianas este miércoles, la alicantina Marisa Gayo, es bisnieta de un alcalde socialista y ateo apresado primero por los republicanos y fusilado tras la Guerra Civil por esconder en su casa al cura del pueblo. La historia completa la relata ella misma en el vídeo que ilustra esta información.

Y es que la propia Marisa Gayo es quien ha relevado esta impresionante historia desde el atril de oradores en su último turno de intervención del debate de la citada Ley de Concordia. El significado de lo que supone, precisamente, esa Ley de Concordia valenciana es el que ella ha dado al final de su revelación: «Debemos vivir sin odio, vivir en paz. En Concordia y en democracia. Sin instrumentalizar la historia para no faltar a la memoria de todos».

Marisa Gayo es una ex jugadora profesional de balonmano, que en la actualidad ostenta escaño de diputada del Partido Popular en las Cortes Valencianas. Ni una sola de sus intervenciones en defensa de la Ley de Concordia se ha salido de un tono conciliador frente a las soflamas de otros grupos políticos en una sesión especialmente tensa y con reproches.

A Marisa Gayo le ha correspondido cerrar el turno de intervenciones de los grupos parlamentarios a la espera de la votación sobre esa ley , que será este jueves. Y, de nuevo, la diputada popular ha utilizado un tono conciliador. Apenas contaba con tres minutos, de los que ya habían transcurrido más de la mitad, cuando de repente, su rostro ha comenzado a reflejar un gesto entre emocionado y de dolor. Ha sido entonces, cuando ha arrancado, de motu propio con un impresionante relato:

«Mi abuela Queta lo tenía superado», ha afirmado, mientras los diputados, sorprendidos por la revelación la miraban con atención: «Fue una niña, en la Guerra Civil y en la posguerra. Si le preguntábamos por su padre, alcalde del pueblo, al que nunca volvió, siempre pasaba la historia sin muchos detalles. A mí, siempre me decía que eso que pasó debía mantenerse en el pasado. Que se había aprendido de lo ocurrido y que lo mejor era no vivir con odio».

Aún más emocionada que al inicio, Marisa Gayo ha continuado con su relato: «Su padre, mi bisabuelo Luis, era alcalde socialista de un pueblo de la Serranía de Cuenca. Fue aprisionado siete años entre checas y, tras la guerra, en una cárcel franquista. Su delito: esconder a una persona tras la entrada de los suyos, los republicanos, al pueblo».

Pero lo más demoledor de la historia de su propia vida, de su propia familia que Marisa gayo estaba relatando estaba por llegar: «La persona era el cura del pueblo. Y mi bisabuelo era ateo», ha concluido la diputada alicantina.

Ha ido entonces, cuando Marisa Gayo ha lanzado un enorme mensaje, que sintetiza como ningún otro el espíritu de esa Ley de Concordia de PP y Vox. Con la voz de nuevo fuerte y mirando a todo el hemiciclo, la diputada ha concluido: «Miles de historias familiares, similares y parecidas: abuelos, bisabuelos, familiares, amigos. A todos les debemos vivir sin odio. Vivir en paz. Con concordia y en democracia. Sin instrumentalizar la historia para no faltar a la memoria de todos».

No obstante, parece que no todos la han entendido. Al finalizar su intervención, las bancadas de PP y Vox han irrumpido en aplausos, de pie. Mientras Compromís y PSOE se mantenían sentados y en silencio.