La curiosa y escatológica tradición que se celebra en todas las casas de Cataluña
El Tió es todo un ritual en las casas de Cataluña durante las fiestas de Navidad
Hay una escatológica tradición que se celebra en todas las casas de Cataluña
Días antes de Navidad aparece este tronco de las formas más diversas
Las tradiciones navideñas cambian según el territorio y cada comunidad lo vive de manera general y diferente. Concretamente, hay una escatológica tradición que se celebra en todas las casas de Cataluña. Hablamos del Caga Tió, una figura que gusta especialmente a los niños porque durante el día 24 de diciembre, en la Nochebuena, suele “cagar” regalos.
Para que lo haga hay que alimentarlo antes. El Tió es todo un ritual en las casas de Cataluña durante las fiestas de Navidad. Se recoge en el bosque, se le pinta una nariz, boca y ojos (con ayuda de los pequeños de la casa), y se queda en familia para darle de comer con el fin de que pueda dar regalos durante la noche del 24 de diciembre. Normalmente esta tradición empieza en el puente del 6 y 8 de diciembre y se alarga hasta tal fecha que es cuando todos recibes estos regalos que “caga” este tronco. No suelen ser regalos grandes, de hecho, no se suelen pedir y no están integrados en una carta como sucede con los Reyes Magos. Suelen ser obsequios inesperados: caramelos, cosas para el colegio, libros, figuritas de chocolate y otros que no hacen demasiado bulto ni son caros.
La curiosa tradición que se celebra en todas las casas de Cataluña
Según el Ayuntamiento de Barcelona, esta tradición se basa en un trozo de leño grueso que antaño se quemaba (ahora ya no); es el tronco morillo sobre el cual se apilan los demás. Es el elemento central de uno de los rituales navideños más vivos y, al mismo tiempo, más antiguos que se conservan en la comunidad.
Días antes de Navidad aparece este tronco de las formas más diversas: los hay que caen del cielo, que aparecen dentro de las camas de los niños, que se encuentran en medio de un camino o del bosque esperando una familia que los adopte.
Como hemos resaltado, cuando el tió ya está en casa, empieza el periodo de engorde, es decir, se le da de comer. Se suelen dar galletas, polvorones, frutas, y otros dulces que ya entran en casa en estas fiestas. También es típico dejas mandarinas, trozos de pan y peladuras de naranja… Todo vale para que, cuando sea el día, devuelva todo lo que ha comido en forma de obsequios.
El momento más importante de la tradición de todas las casas de Cataluña
El momento mágico llega el día de hacer el cagatió. Lo normal es en casa con toda la familia, donde los niños son los que lo pasan mejor. Pero hay cagatió colectivos, en hospitales, en las escuelas, empresas, con amigos, en tiendas y centros comerciales y hasta en actividades de barrio. Fuera de casa se suele hacer días antes porque no se suele reunir a tales colectivos durante la Nochebuena.
En las casas, en cambio, esta tradición tiene lugar la noche antes de Navidad; cada familia lo hace según la costumbre o las necesidades. Antes de hacer el cagatió, los niños suelen acercarse al pesebre a cantar villancicos; también hay quien calienta los bastones o los moja, porque dice que echará más regalos.
Llegado el momento, los niños armados con los bastones empiezan a golpear el tió (el tronco de madera) con fuerza, mientras cantan una cancioncilla de la cual hay muchísimas variantes, según el territorio, las procedencias familiares, etc. Una vez bien calentado a base de garrotazos, se levanta la manta que lo tapa y se descubren los obsequios que ha echado. Es tradición que devuelva, entre más cosas, los postres de la comida de Navidad, barquillos y turrones. Antes de que el tió “cague” estos regalos, debe hacerse un ritual sin que los niños lo vean: dejar el tronco, los regalos debajo y cubrir el tronco y todo ello con una manta para que los más pequeños de la casa no vean nada.
De dónde viene esta curiosa tradición navideña
El tió es un ritual de origen rural, que simboliza la abundancia: un tronco viejo y seco regala golosinas y dulces de sus entrañas. Es el augurio del renacimiento de la naturaleza después de la estación invernal. Con el tiempo y la desaparición del fuego en el suelo de los hogares, también ha desaparecido la costumbre de quemar el tronco después del cagatió y de utilizar las cenizas como elementos de protección contra el rayo, los insectos, etc., en las casas y los campos.
Actualmente los tions se han «urbanizado» y se han convertido en unos simpáticos elementos del imaginario navideño, cubiertos con barretina y con una cara con una sonrisa dibujada.
Se venden en tiendas o bien, para ser más auténtico, lo podemos coger del bosque, cortarlo, pintarlo o dejarlo tal cual y entonces customizarlo.
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