Ciencia
Sueño

¿Por qué los campos electromagnéticos perjudican la calidad del sueño?

Aquí te explicamos cómo los campos electromagnéticos perjudican la calidad del sueño. ¡Sigue leyendo!

  • Francisco María
  • Colaboro en diferentes medios y diarios digitales, blogs temáticos, desarrollo de páginas Web, redacción de guías y manuales didácticos, textos promocionales, campañas publicitarias y de marketing, artículos de opinión, relatos y guiones, y proyectos empresariales de todo tipo que requieran de textos con un contenido de calidad, bien documentado y revisado, así como a la curación y depuración de textos. Estoy en permanente crecimiento personal y profesional, y abierto a nuevas colaboraciones.

Nuestro estado de salud depende, en gran medida, de la calidad de nuestro sueño. Pero a día de hoy, son múltiples los elementos de la vida cotidiana que nos impiden tener un descanso verdaderamente reparador. Entre ellos, nos encontramos con la creciente exposición al electromagnetismo propiciada por el uso masivo de dispositivos electrónicos.

¿Qué son los campos electromagnéticos y donde están presentes?

Los campos electromagnéticos consisten en ondas de diferentes frecuencias (baja, media y alta), cuyo origen se encuentra en las corrientes eléctricas. Más precisamente, en las diferencias de voltaje, de tal manera que cuanto más elevado es un voltaje, más fuerte resultará el campo.

En la práctica, estos campos perduran, es decir que mantienen su fuerza aun cuando no hay corriente. La diferencia clave está en que, cuando sí hay corriente, la magnitud de los campos electromagnéticos varía en función del consumo de poder.

Hay una infinidad de fuentes cargadas eléctricamente que emanan ondas electromagnéticas. Algunas de ellas están presentes naturalmente en el medio, las tormentas provocan la acumulación de cargas eléctricas en diferentes puntos de la atmosfera.

Además, nuestro planeta cuenta con un gran campo electromagnético que sirve de orientación para las agujas de los compases, así como para las aves y otros animales.

Revolución tecnológica y contaminación electromagnética

Cuando hablamos de que los campos electromagnéticos perjudican la calidad del sueño, lógicamente, no hacemos referencia a estas fuentes naturales. Este problema deriva de la llamada “contaminación electromagnética”, es decir, la constante o prolongada exposición al electromagnetismo.

A medida que fuimos sacando provecho de la electricidad para desarrollar ciudades y numerosas actividades productivas, también nos expusimos cada vez más a diferentes fuentes cargadas eléctricamente. Ondas de radio para transmitir información, antenas de televisión, rayos X para diagnósticos médicos, e incluso los tomas corriente, todos llevan asociados campos electromagnéticos.

Si duda la telefonía móvil y el masivo acceso a Internet han llevado la contaminación electromagnética a un nivel más alarmante. Hoy vivimos rodeados por dispositivos electrónicos, routers de WIFI y difícilmente nos despagamos de nuestros teléfonos móviles. Incluso hay quienes duermen con sus Smartphone conectados a Internet a su lado o debajo de la almohada.

¿Por qué los campos electromagnéticos perjudican la calidad del sueño?

Diferentes estudios apuntan a que los campos electromagnéticos afectan la producción de melatonina, la llamada “hormona del sueño”. Esta hormona producida en la glándula pineal del cerebro, es responsable de regular los ciclos de sueño y vigilia, determinando los ritmos circadianos. Por ello, resulta indispensable para mantener estable nuestro “reloj biológico”.

La exposición constante o prolongada a los campos electromagnéticos, así como a las “luces azules” de los dispositivos electrónicos, altera la secreción de melatonina. En consecuencia, nuestros ciclos biológicos empiezan a desregularse y tenemos dificultades para conciliar el sueño.

Claramente, no es una casualidad que el insomnio sea un síntoma común en diferentes investigaciones sobre los efectos del electromagnetismo en el sueño, como demuestra el proyecto Bioinitiative.

Por ello, es recomendable reducir la exposición a estas fuentes artificiales de radiación electromagnética, principalmente en las dos o tres antes de irnos a dormir. Algunas buenas prácticas son: apagar el router de WIFI antes de acostarte, dejar el celular fuera de la habitación donde duermes y disminuir el uso de aparatos electrónicos al menos dos horas antes de irte a dormir.