¿Por qué las arañas no son insectos?
Son pequeñas, tienen muchas patas y un aspecto poco tranquilizador pero las arañas no son insectos. ¿Cuál es la razón?.
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Aunque generalmente se suele hablar de ellas como si fueran cualquier otro insecto, lo cierto es que las arañas no pertenecen a la misma especie que las cucarachas, las abejas o las hormigas. Descubramos a continuación el porqué las arañas no son consideradas insectos, sino que en realidad pertenecen a una especie propia que seguro conoces: la de los arácnidos.
Por qué las arañas no son insectos
Las arañas son arácnidos (como, por ejemplo, los escorpiones ), animales de una clase taxonómica perteneciente a la familia de los artrópodos , categoría a la que también pertenecen los insectos, pero con características bastante diferentes.
Las diferencias de arañas e insectos
De hecho, los arácnidos poseen un cuerpo dividido en solo dos segmentos , con la cabeza y el tórax bien ‘fusionados’, y que agrupan diferentes regiones del cuerpo. En particular, el segmento anterior consiste en esa fusión de cabeza y tórax, formando el área del cefalotórax , mientras que el segmento posterior mantiene las regiones correspondientes al abdomen.
Además, las arañas tienen cuatro pares de patas (al menos en la forma adulta). Estas patas son casi siempre particularmente largas, para cubrir una superficie muy grande.
Los insectos , en cambio, no sólo tienen el cuerpo dividido en varias partes (o «tabiques»), sino que normalmente solo tienen tres pares de patas y además no suelen ser ni la mitad de largas que las de las arañas.
Las arañas también tienen muchos más ojos (normalmente van de seis a ocho) y nunca tienen antenas , que en cambio son muy comunes entre los insectos. De hecho estos apéndices (junto a las alas) son algo que no suele faltarle a ningún insecto pero que nunca verás en las arañas.
Por otro lado, los insectos tienen un aparato mandibular, mientras que las arañas carecen de este. De hecho, las arañas tienen desarrollados dos quelíceros , apéndices que evolucionaron a partir del primer par de patas. Estos se estructuran en una parte basal y una terminal en forma de colmillo o garra, y tienen una importancia relevante en la nutrición.
De este modo, además de tener una función mecánica (trituración, asimilación) donde son asistidos por los pedipalpos (segundo par de patas), también tienen la función de secretar sustancias venenosas.
Por último, no podemos acabar este artículo sin citar sino la característica más peculiar de la mayoría de las arañas, a saber, la producción de seda con la que se tejen las telas . Si de hecho, encontrar una araña entre estas es muy sencillo, no ocurre lo mismo con los insectos. A menos que se hayan acabado convirtiendo precisamente en el alimento precisamente de una araña.