Ciencia
Misiones espaciales

Un nuevo mensaje humano para alienígenas llega al espacio interestelar

Un segundo mensaje humano ya vuela por espacio interestelar a la espera de que alguna civilización alienígena, algún lejano día, pueda encontrarlo y saber que un día, nosotros vivimos en este rincón de la galaxia conocida como Vía Láctea.

A finales de los años 70, concretamente en 1977, la NASA envió al espacio dos de las misiones más prometedoras y exitosas de su historia, las sondas Voyager 1 y 2, pues ambas sobrevolaron el Sistema Solar y enviaron valiosa información sobre Júpiter, Saturno, etc.

Pero estas sondas eran mucho más que simples naves que nos darían a conocer mejor los planetas gigantes del exterior del Sistema Solar. Su misión era, una vez sobrevolados estos mundos, seguir navegando rumbo a las estrellas durante decenas, incluso miles de años.

El mensaje humano de las sondas Voyager 1 y 2

Hoy día, ya sabemos que la sonda Voyager 2 sigue el camino de su hermana mayor, la Voyager 1, que ya cruzó la frontera del espacio interestelar en agosto de 2012. Así pues, son los objetos fabricados por el ser humano que más lejos han llegado en la historia, y pasarán años hasta que puedan ser rebasados.

Ambas fueron lanzadas en 1977, y ya han superado la heliopausa, que es la zona en la que el viento solar choca con el viento estelar procedente de otras estrellas, aunque técnicamente, podríamos decir que no han salido todavía del Sistema Solar, pues aun tendrían que llegar a la Nube de Oort.

Pero estas naves incluyeron mensajes en su interior, por si un día algún tipo de civilización alienígena se topara con ellas. En el caso de la Voyager 2, que es la que acaba de alcanzar el espacio interestelar, se pueden encontrar discos fonográficos de cobre que fueron recubiertos de oro y que incluyen fonografías con sonidos de aves y animales y más de 100 imágenes que incluyen atascos de coches, mujeres dando el pecho o Jane Goodall, la célebre primatóloga.

El encargado de dirigir aquel contenido fue el célebre astrónomo Carl Sagan, que incluyó saludos en más de 50 idiomas e incluso música de la Tierra, que añadió hasta temas mariachis y de Louis Armstrong, así como música clásica de Beethoven.

Hoy, toda esa información de la Tierra viaja a casi 20.000 millones de kilómetros de la Tierra camino de las estrellas por si un día alguien la encontrara y pudiera responder. Y aunque tardarán 300 años en llegar a la Nube de Oort y más de 30.000 años en atravesarla, serán por siempre prueba de que la humanidad, un día, vivió aquí, en la Tierra.