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Nuevas evidencias sugieren que los dinosaurios tenían plumas

Las nuevas evidencias sugieren que los dinosaurios tenían plumas y que estas estructuras tenían un papel importante en su vida y evolución.

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  • Francisco María
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Desde que se descubrieron los primeros fósiles de dinosaurios, los científicos han estado fascinados por estos gigantes reptiles que dominaron la Tierra durante millones de años. Sin embargo, en los últimos años, se ha descubierto un nuevo aspecto de los dinosaurios que ha revolucionado nuestra comprensión de cómo eran realmente: las plumas.

El hallazgo de los primeros fósiles de dinosaurios despertó una gran curiosidad científica. Desde que Richard Owen introdujo el término “dinosaurio” en el siglo XIX, se ha avanzado bastante en la comprensión de estos animales prehistóricos.

Thomas Henry Huxley propuso que los dinosaurios y las aves estaban estrechamente relacionados. Aunque esta teoría fue rechazada inicialmente, hoy en día la conexión es ampliamente aceptada gracias a la abundante evidencia paleontológica y genética. Veamos.

Los dinosaurios

Los dinosaurios, incluso los más antiguos, compartían numerosas similitudes con las aves modernas. Estas semejanzas incluyen aspectos físicos, comportamentales y metabólicos. Un ejemplo claro de esta conexión es la estructura de sus esqueletos.

Muchos dinosaurios presentaban una estructura pélvica y una disposición de extremidades adaptadas al movimiento bípedo, similar a la de las aves actuales. Esta conformación sugiere una locomoción comparable y una postura erguida semejante.

La investigación genética ha añadido una nueva dimensión a todo esto. Hay estudios recientes al respecto, como los realizados por el profesor Ping Wu de la Universidad de California del Sur. Allí se ha encontrado que cocodrilos y caimanes, parientes cercanos de los dinosaurios y aves, poseen genes que podrían estar relacionados con la formación de plumas.

En 2018, se demostró que mediante manipulación genética se pueden inducir estructuras similares a plumas en embriones de caimán. Estos resultados hacen suponer que en esas especies existe la maquinaria genética necesaria para desarrollar plumas y que ya estaba presente en un ancestro común de dinosaurios, aves, pterosaurios y crocodilianos.

Los dinosaurios tenían plumas

En 1996, el paleontólogo Pei-ji Chen, del Instituto de Geología y Paleontología de Nankín, China, sorprendió al mundo al presentar un paquete de fotografías en una reunión en el Museo Estadounidense de Historia Natural en Nueva York.

Las imágenes mostraban a un fósil de dinosaurio con lo que parecían ser plumas rudimentarias. Se trataba de un fósil de 125 millones de años de antigüedad conocido como Sinosauropteryx prima. Este fósil, encontrado en Liaoning, China, estaba perfectamente conservado en una capa de ceniza volcánica.

Desde entonces, se ha descubierto una gran cantidad de fósiles de dinosaurios emplumados en la región. Según el científico Stephen Brusatte, hoy en día existen miles de estos fósiles.

Los nuevos hallazgos mostraron que los terópodos no eran los únicos dinosaurios con plumas. Se encontró que otras especies también tenían plumas, aunque en formas más simples, que se asemejaban más a hilos que a las plumas elaboradas de las aves actuales.

Los paleontólogos actualmente creen que el ancestro común de todos los dinosaurios tenía plumas. De hecho, algunos descubrimientos recientes sugieren que las plumas podrían haber existido incluso antes de la aparición de los dinosaurios.

Los parientes más cercanos de los dinosaurios eran los pterosaurios. Estos, aunque volaban con membranas extendidas desde las manos hasta los costados, también presentaban plumas simples.

¿Para qué plumas?

Las primeras plumas simples podrían haber servido principalmente como aislantes. Los dinosaurios más grandes, que tenían cuerpos voluminosos, quizás lograron conservar el calor y, por lo tanto, pudieron haber perdido las plumas con el tiempo. Es algo similar a como los elefantes han perdido la mayor parte de su pelaje.

Un ejemplar llamativo es el Caihong juji, un dinosaurio de 160 millones de años de antigüedad que fue descubierto en la provincia china de Hebei. Presentaba una cresta iridiscente similar a un arco iris.

Aunque es difícil determinar cómo utilizaba sus plumas, se sabe que las aves modernas cuentan con plumas asimétricas en las alas que facilitan la sustentación al dirigir el flujo de aire. En contraste, el Caihong juji solo tenía plumas asimétricas en la cola.

Es posible que los terópodos como el Caihong juji emplearan sus plumas principalmente para ayudar en la carrera y la escalada. Aunque carecían de los músculos necesarios para un vuelo efectivo como el de las aves modernas, podrían haber sido capaces de saltar y planear de formas que aún los científicos no comprenden completamente.

Descubrimientos de emplumados

Uno de los descubrimientos más sorprendentes fue el fósil de Archaeopteryx, un dinosaurio emplumado que vivió hace aproximadamente 150 millones de años. Este fósil fue encontrado en Alemania en 1861 y es considerado como el eslabón perdido entre los dinosaurios y las aves. La presencia de plumas en Archaeopteryx demostró que los dinosaurios y las aves estaban más estrechamente relacionados de lo que se pensaba anteriormente.

Las razones

Pero, ¿por qué los dinosaurios tenían plumas? Aunque no podemos estar seguros de la respuesta, los científicos tienen varias teorías al respecto. Una de las más aceptadas es que las plumas surgieron como una adaptación para la termorregulación, es decir, para regular la temperatura corporal de los dinosaurios. Las plumas les permitían mantenerse calientes en climas fríos y refrescarse en climas cálidos, lo que les daba una ventaja evolutiva sobre otros animales.

Además de la termorregulación, las plumas también podrían haber tenido funciones relacionadas con el cortejo y la comunicación entre individuos. Algunos dinosaurios usaban sus plumas como señales visuales para atraer a las hembras o intimidar a los rivales, al igual que hacen muchas aves en la actualidad. Las plumas también podrían haber ayudado a los dinosaurios a desplazarse más fácilmente por su entorno, actuando como un mecanismo de planeo o de camuflaje.

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