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Increíble pero cierto: un estudio respalda científicamente el milagro de los panes y los peces de Jesucristo

Milagro de los panes y peces de Jesucristo
Obra que representa la multiplicación de los panes y los peces de Jesucristo

La narración del milagro de los panes forma parte del núcleo de relatos que configuran la tradición cristiana. Según los textos del Evangelio, Jesucristo fue capaz de alimentar a una multitud con tan solo cinco panes y dos peces. Un episodio de alto valor simbólico que trascendió lo estrictamente teológico para convertirse en parte del imaginario cultural global.

En paralelo, la llamada pesca milagrosa, también recogida en los Evangelios, describe una captura abundante después de una noche infructuosa. Ambos eventos, según un reciente estudio publicado en Water Resources Research, podrían estar vinculados a un fenómeno físico verificado en el lago Kinneret (Mar de Galilea) hace poco más de una década.

¿Qué han sugerido los científicos sobre el milagro de los panes y los peces de Jesucristo?

La ciencia verificando sucesos planteados por la religión, quien lo diría. Esta desapercibida ironía fue posible gracias a un grupo de estudiosos israelitas, quienes alegan que ambos milagros se debieron a un fenómeno natural.

Tal hipótesis científica se basa en el seiche, un movimiento oscilatorio del agua provocado por cambios en la temperatura y en la dirección del viento.

Este proceso genera desplazamientos verticales del agua dentro de lagos estratificados, modificando la distribución térmica y de oxígeno en las distintas capas del lago. En 2012, el lago Kinneret registró una mortandad masiva de peces como consecuencia de este fenómeno.

La oscilación provocó el ascenso de aguas profundas frías y pobres en oxígeno hacia la superficie. Los peces, atrapados sin posibilidad de moverse rápidamente, quedaron expuestos y se concentraron en determinadas franjas costeras.

Estos mecanismos físicos podrían haber propiciado una situación similar hace 2.000 años, permitiendo la acumulación de peces en zonas accesibles.

Esta condición, de haberse producido, sería coherente con los relatos evangélicos en los que se describe la presencia repentina de peces en cantidades inusuales.

¿Cómo hicieron los científicos para comprobar la teoría del «Seiche»?

El equipo de investigación utilizó un modelo tridimensional acoplado entre atmósfera y lago para simular las condiciones que desencadenaron el evento de 2012. Este modelo identificó cinco factores clave para que se produzca un episodio de mortandad masiva de peces:

  • Estratificación térmica del agua con una capa superior poco profunda.
  • Presencia de hipolimnio (agua profunda) anóxico.
  • Viento intenso sostenido desde el oeste.
  • Inclinación de la termoclina (zona de transición entre agua caliente y fría).
  • Proximidad a la costa occidental del lago, donde se sitúan varios enclaves bíblicos.

Nos detenemos en el último punto: uno de estos enclaves es Tabgha, en la ribera noroeste del lago, tradicionalmente asociado al milagro de los panes y la pesca milagrosa. De hecho, la Iglesia de la Multiplicación en esta zona conserva mosaicos del siglo V que representan la escena bíblica.

La coincidencia que respaldaría aún más el milagro de los panes y los peces

Uno de los aspectos más comentados del estudio es que la ubicación moderna de estos fenómenos coincide con los lugares mencionados en los Evangelios. 

Esta coincidencia espacial no se presenta como una prueba de veracidad bíblica, sino como un indicio de que ciertos fenómenos naturales pudieron haber influido en los relatos recogidos por los discípulos.

El Evangelio de Mateo indica que Jesús alimentó a 5.000 personas con una cantidad simbólica de alimentos. La idea de una abundancia repentina y sorprendente de peces cobra nuevo sentido si se considera la posibilidad de una mortandad localizada, que habría facilitado la recogida de peces sin necesidad de técnicas de pesca avanzadas.

¿La teoría científica plantea una mirada escéptica sobre los milagros de Jesucristo?

Los autores del estudio subrayan que no intentan reinterpretar los textos bíblicos desde una perspectiva escéptica. Su objetivo es ofrecer una interpretación física de los acontecimientos, compatible con la información recogida en las Escrituras.

Según sus conclusiones, no resulta descabellado que los discípulos de Jesús, muchos de ellos pescadores del Mar de Galilea, hubieran presenciado un fenómeno natural inusual y lo relataran como un acontecimiento extraordinario.

La posibilidad de que el milagro de los panes tuviera una base en la dinámica lacustre del lago no anula su valor espiritual, pero sí introduce un enfoque complementario que amplía el campo de interpretación desde la ciencia.

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