Implante de fotorreceptores, la posible cura definitiva para la ceguera
La ceguera puede definirse como uno de las peores afecciones que puede padecer un ser humano. La falta de visión en uno o ambos ojos limita mucho las capacidades de las personas que pueden sufrir este tipo de discapacidades. Sin embargo, suelen ser este tipo de pacientes los que, gracias a una gigantesca fuerza de superación, viven el día a día igual que sus semejantes y pueden llegar a realizar todas las tareas convencionales de la misma forma que el resto. El ser humano puede adaptarse a todo tipo de problemas y encontrar una solución beneficiosa, pero puede que la ceguera tenga los días contados gracias a un novedoso tratamiento basado en el implante de fotorreceptores. Te lo contamos.
Tratamiento histórico
Un grupo de investigadores de la Fundan University de Shangai han conseguido desarrollar uno de los tratamientos más importantes de la historia. Se trata de un proyecto que busca devolver la vista a las personas que padecen ceguera, y para ello han basado sus esfuerzos en la implantación de fotorreceptores artificiales. Hablamos de una especie de implantes creados por medio de dióxido de titanio y oro que son capaces de sustituir, con eficacia, las labores del ojo humano.
Cabe destacar que los fotorreceptores son colocados en la parte trasera de la retina, sustituyendo a unas células definidas como conos. La labor de los mismos se basa en recibir la luz que entra por el iris con la finalidad de generar una pequeña corriente que consigue estimular la corteza visual del cerebro. A partir de este momento, el paciente recupera el sentido de la vista.
Con la finalidad de demostrar sus hipótesis, los investigadores han probado estos curiosos implantes en ratones, y para alegría de todos, los resultados son bastante positivos. Cabe destacar que no es la primera vez que se utilizan este tipo de implantes con el propósito de recuperar la visión, sin embargo, este es la única investigación que puede conseguirlo sin utilizar ningún tipo de gadget externo. Sin duda, un espectacular avance médico que puede acabar con la ceguera de una vez por todas.