Los científicos no dan crédito: encuentran bajo el océano Pacífico una inmensa metrópolis sin precedentes
Descubren una inquietante anomalía radiactiva en el fondo del Pacífico
Sorprendente hallazgo en el fondo del Pacífico
Hallan una grieta marina que transforma lo que conocemos sobre la Tierra
En el corazón del océano Pacífico, un grupo de investigadores halló una especie de metrópolis de dimensiones que superan a cualquier otro campo previamente estudiado. El hallazgo despertó desde luego un fuerte interés en la comunidad científica, ya que se trata de una extensión inédita en comparación con los sistemas conocidos hasta ahora.
La investigación fue realizada con vehículos tripulados capaces de descender a profundidades extremas. Gracias a ello, se pudo observar una red de cráteres que conforman lo que ya se considera una de las estructuras hidrotermales más significativas. La magnitud del descubrimiento obliga a replantear varias teorías vigentes sobre los entornos donde pudo surgir la vida en la Tierra.
Así es la metrópolis escondida bajo el océano Pacífico que han descubierto
El sistema descubierto ha sido denominado Kunlun. Se encuentra a unos 80 kilómetros al oeste de la fosa de Mussau, en la Placa de las Carolinas, al norte de Papúa Nueva Guinea.
Según afirma el estudio, publicado en la revista Science Adviser, La superficie total alcanza los 11 kilómetros cuadrados, lo que lo convierte en un emplazamiento más de 100 veces mayor que el célebre campo hidrotermal Lost City, ubicado en el Atlántico.
El área contiene veinte cráteres circulares, algunos de ellos con más de un kilómetro de diámetro. Los investigadores confirmaron que las paredes de varios cráteres presentan similitudes con las formaciones conocidas como chimeneas kimberlíticas.
Su profundidad puede alcanzar hasta 130 metros. Estos rasgos geomorfológicos lo diferencian de cualquier otro campo hidrotermal documentado en el planeta.
Un proceso geológico con implicaciones globales
Los sistemas hidrotermales se forman cuando el agua de mar penetra en la corteza oceánica y se calienta al entrar en contacto con el manto terrestre.
Posteriormente, el líquido cargado de minerales es expulsado al océano, creando fuentes termales submarinas. Este proceso ya había sido estudiado en otras regiones, como los géiseres de Yellowstone en tierra firme, pero en el océano Pacífico se encontró un caso con una escala excepcional.
El Kunlun destaca por su alto flujo de hidrógeno. Según el equipo dirigido por Sun Weidong, la producción de este elemento alcanza 4,8 × 10¹¹ moles por año, lo que representa más del 5% del total estimado en el ámbito submarino global.
Esta cifra obliga a reconsiderar la distribución de los flujos de hidrógeno en el planeta, ya que hasta ahora se pensaba que la mayor parte se concentraba en dorsales oceánicas.
El océano Pacífico como escenario del origen de la vida
Una de las hipótesis más recurrentes en biología es que los sistemas hidrotermales pudieron haber sido el lugar donde se originó la vida en la Tierra. La existencia de un flujo constante de hidrógeno y minerales proporciona condiciones estables para procesos químicos primitivos.
El Kunlun, al estar alejado de las dorsales oceánicas tradicionales, amplía los escenarios posibles para el surgimiento de formas de vida tempranas. Su tamaño y su estabilidad lo convierten en un espacio donde esos procesos pudieron sostenerse durante largos periodos.
Esto supone un contraste con sistemas más pequeños y volátiles, como el Lost City, que aunque relevante, no alcanza la magnitud del nuevo descubrimiento en el océano Pacífico.
Comparación de este hallazgo con otros campos hidrotermales
El campo hidrotermal Lost City, localizado en el Atlántico, fue descubierto a finales de los años 90 y desde entonces se convirtió en un punto de referencia para investigaciones astrobiológicas.
Su importancia radica en que ofreció evidencias sobre la capacidad de la vida microbiana para prosperar en condiciones extremas.
Sin embargo, la escala del Kunlun lo sitúa en una categoría diferente. Mientras el Lost City se caracteriza por torres de carbonato que emergen del lecho marino, el sistema del océano Pacífico está formado por cráteres y tuberías de carbonato a gran escala. Los análisis revelan la presencia de dolomita y calcita, lo que indica una actividad geoquímica intensa y sostenida.
Un ecosistema en el abismo: ¿Cómo se vive en esta «metrópolis»?
A pesar de las condiciones extremas, el campo hidrotermal no está desprovisto de vida. Las observaciones realizadas con el sumergible Fendouzhe confirmaron la presencia de camarones, cangrejos, anémonas y gusanos tubícolas.
Estas especies sobreviven gracias a la quimiosíntesis, un proceso mediante el cual obtienen energía de las reacciones químicas en lugar de la luz solar.
Este tipo de ecosistema ofrece un modelo para entender cómo la vida puede desarrollarse en entornos sin fotosíntesis.
La relevancia del hallazgo no se limita al océano Pacífico, ya que los resultados sirven como base para explorar la posibilidad de ecosistemas similares en lunas heladas como Europa o Encélado, donde se sospecha la existencia de océanos subterráneos con actividad hidrotermal.
Lo último en Ciencia
-
El peor error que estás haciendo al comer esta fruta, según un médico de Harvard
-
Shock por los anillos que han encontrado en el fondo del Mediterráneo: revelan algo único
-
¿Qué significa “reutilizable” en cohetes? El caso Starship, explicado fácil
-
Olympus Mons, el volcán más grande del sistema solar ubicado en Marte
-
Los científicos no dan crédito: encuentran bajo el océano Pacífico una inmensa metrópolis sin precedentes
Últimas noticias
-
Mazón renombra un viaducto como ‘puente de la Comunidad de Madrid’ por su implicación tras la riada
-
Avance del capítulo de ‘Sueños de libertad’ de hoy: Damián, decidido a relevar a don Pedro
-
El mejor restaurante de Toledo según las críticas de Google: ‘Las carcamusas es la mejor que he comido»
-
Adiós al mal olor en los zapatos: el truco fácil de La Ordenatriz que dura hasta seis meses
-
Totalmente prohibido: la Guardia Civil manda un aviso importante sobre la tarjeta que todos llevamos en la cartera