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La ciencia descubre cuál es la frecuencia ideal para cambiar las sábanas de la cama: el hallazgo es sorprendente

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Dormir en sábanas limpias no sólo brinda confort, sino que también es fundamental para nuestra salud. A pesar de esto, muchos de nosotros no prestamos la atención necesaria a la frecuencia con la que las cambiamos.

Por ello, la ciencia ha llevado a cabo estudios que revelan información valiosa sobre este tema, y los resultados son sorprendentes. En este artículo, te contamos cómo el cambio regular de sábanas puede afectar tu bienestar y mejorar tu calidad de sueño.

¿Cada cuánto hay que cambiar las sábanas de la cama?

Las sábanas que no se cambian con frecuencia pueden convertirse en un verdadero nido de alérgenos. Dormir en un entorno cargado de polvo y ácaros puede incrementar el riesgo de desarrollar problemas respiratorios, como asma o alergias estacionales.

Esta situación se vuelve aún más crítica durante la primavera y el verano, cuando los síntomas de alergia son más intensos. Cambiar las sábanas con regularidad no sólo mejora la calidad del sueño, sino que también contribuye a reducir estos efectos adversos.

Un estudio realizado en guarderías por la Universidad de Cambridge demostró que lavar la ropa de cama a diario puede reducir la incidencia de gastroenteritis. Esto pone de manifiesto la importancia de mantener una buena higiene en el entorno de descanso.

Además, se ha comprobado que una limpieza adecuada de la superficie donde dormimos puede evitar infecciones en las vías respiratorias. Por lo tanto, cambiar las sábanas es una práctica fundamental que no debe subestimarse.

Factores que afectan el cambio de sábanas de tu cama

El tiempo máximo que se debería dejar pasar entre un cambio y otro es de dos semanas. Aunque estos son los estándares generales, hay varios factores que podrían influir en la frecuencia del lavado.

Algunas consideraciones a tener en cuenta incluyen:

La frecuencia con la que cambiamos nuestras sábanas puede parecer un detalle menor, pero su impacto en nuestra salud es significativo. Dormir en un entorno limpio no sólo mejora nuestro descanso, sino que también previene problemas de salud relacionados con alérgenos y bacterias.

Adoptar el hábito de cambiar las sábanas semanalmente, o incluso más a menudo, es una inversión en nuestro bienestar que no podemos ignorar.