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Trucos para que los niños en edad preescolar coman verduras

Hacer una pequeña "cata" de verduras, elegir libros dedicados a este alimento o dar una recompensa son algunos de los trucos para conseguir que los niños en edad preescolar coman verduras.

Uno de los alimentos que menos suelen gustar a los niños pequeños, o por los que sienten mayor rechazo son las verduras, pero estas (junto a las frutas) son esenciales en la alimentación de todos en la familia, de modo que deben acostumbrarse a comerlas a diario y para ello, podemos recurrir a pequeñas pautas o «trucos» para conseguir que se las coman sin rechistar.

Trucos para que los niños en edad preescolar coman verduras

A medida que los niños crecen, suelen acostumbrarse al sabor y textura de las verduras  y aunque seguramente podrán pegas cuando las vean en el menú del mediodía o de la noche, suelen comérselas si no hay más remedio. En el caso de los niños pequeños, aquellos que están en la etapa preescolar, es tal vez algo más complicado lograr que acepten las verduras, ya que muchas veces se tratará de un sabor que desconocen y al que puede que les cueste adaptarse.

Bien cocinadas, las verduras son nutritivas y están ricas, pero dependiendo de cuál elijamos es posible que les cueste masticarlas (por ejemplo las espinacas) o que incluso no les guste el olor, como es el caso de la coliflor. De modo que al margen de saber elegir el momento adecuado para ofrecer este tipo de verduras algo más «especiales», podemos recurrir a estos sencillos «trucos» que nos van a permitir ir introduciendo las verduras a los niños pequeños para que las prueben y en definitiva, se las coman.

  1. Recurre a libros ilustrados: Una de las mejores maneras de hacer que los niños coman verduras es hacer que se familiaricen con ellas desde que son bien pequeños. Para ello podemos recurrir a libros infantiles que traten precisamente sobre las verduras, de modo que puedan acercarse a ellas incluso siendo bebés y antes de que las coman. De este modo por ejemplo si tienen un libro en el que explican la historia de una verdura en concreto, seguro que estarán deseando poder probarla.
  2. Ofrece porciones pequeñas: Otra forma es ofrecer porciones muy pequeñas de verduras haciendo que los niños las prueben. Lo importante es que las catas se hagan de forma sistemática: esto quiere decir que el padre o madre no debe desanimarse. Se puede ofrecer al niño una degustación si el niño le da la bienvenida de manera normal. Sin embargo, hay niños que escupen o hacen expresiones de disgusto: en este caso es mejor no insistir en la degustación, sino buscar otros canales de familiarización, incluida la propuesta de imágenes. El sentido de repugnancia debe respetarse en los niños. Si el niño se siente disgustado, no podemos insistir.
  3. Mezclar con otros alimentos: Otra estrategia de muchos padres es poner algunas verduras en medio de otros alimentos. Esto también es bueno, porque a la larga ayuda al niño a acostumbrarse a un sabor diferente, que es precisamente el de las verduras. Una vez se acostumbre a ello, podemos aumentar la cantidad de verdura y reducir la cantidad del otro alimento.
  4. Dar una recompensa: Otra cosa que se puede hacer, si el niño acepta pequeñas cantidades de verduras, es darle un premio cuando se acabe todo lo que tiene en el plato, quizás no asociada a la comida . La literatura científica ha demostrado que recompensar la conducta positiva del niño que come verduras también puede ser eficaz.
  5. Cocinemos juntos: Otra cosa que podemos hacer es involucrar a los niños en cocinar verduras. De esta forma creamos una rutina positiva en la que el niño tendrá curiosidad por saber cómo sabe lo que acabamos de cocinar.
  6. Compremos juntos: También puede ser efectivo ir al supermercado y elegir las verduras juntas, comentar sus colores y textura. La clave siempre debe ser «familiarizarse» con las verduras de modo que las vean como un alimento apetecible y no solo algo obligado que deben comer todos los días.