Menú para la semana 25 de embarazo
Dolores de espalda, aumento considerable de la barriga, enrojecimiento de la piel y cansancio son algunos de los principales síntomas que experimenta la mujer durante la semana 25 de gestación. Y todo eso sin pasar por alto que cada vez nota más las patadas de su bebé, que ya supera los 22 centímetros de longitud y que ha adquirido un peso que ronda el kilo aproximadamente.
Partiendo de todos estos elementos, hay que subrayar que se hace necesario que la mujer se cuide especialmente, para frenar las molestias que experimenta y para favorecer que su hijo continúe con un desarrollo normal. En concreto, una de las cosas que debe vigilar de manera más atenta es su alimentación que en este momento, debe llevar a cabo basándose en varios aspectos importantes:
Desayuno
El cansancio es, como hemos mencionado al principio del artículo, uno de los síntomas más notables que experimenta la futura mamá a estas alturas del embarazo. De ahí que para poder reducirlo al máximo, comience el día tomando una dieta sana, equilibrada y completa. Eso supone, entre otras muchas cosas, que se decante por tomar una primera comida fundamentada en tres pilares básicos:
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Lácteos. Un vasito de leche semidesnatada, ya sea solo o con un poquito de descafeinado o cacao, que aporta al organismo femenino el calcio que necesita para que tanto los huesos de la mujer como los del bebé estén en perfecto estado.
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Cereales. Estos, entre otras cosas, aportan tanto fibra como hidratos de carbono, básicos para el correcto funcionamiento del cuerpo. La gestante puede tomarlos directamente en un pequeño bol o puede optar por ingerirlos en forma de tostada integral con aceite de oliva e incluso a través de galletas integrales y digestivas.
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Fruta. La cantidad generosa de vitaminas que esta da al organismo también es necesaria para que el embarazo vaya por buen camino y la mujer esté en perfecto estado. Por eso, es imprescindible que la tome en el desayuno, ya sea mediante una pieza concreta o a través de un zumo natural.
Media mañana
Para que el cuerpo siga funcionando a buen ritmo y el cansancio no se haga especialmente palpable, es necesario que sobre las 11:30 o 12 horas, la embarazada coma algo. Existen muchas alternativas al respecto, no obstante, entre las más recomendadas están un puñadito de frutos secos, una barrita integral de cereales, una pieza de fruta e incluso un yogur desnatado.
Almuerzo
Y llega la comida más “fuerte” del día, la que requiere que sea completa y equilibrada, en pro del bienestar materno y, por supuesto, en pro del crecimiento adecuado del bebé. Por eso, hay que elegir correctamente y establecer un menú sano al 100%.
En este caso, podemos determinar que la mujer tiene dos grandes opciones. La primera, decantarse por una pieza de fruta como postre y un plato único, que debería elegir entre alternativas tales como un arroz caldoso con pescado, un guiso de patatas y bacalao o un plato de espaguetis a la carbonara.
La segunda, elegir un menú compuesto de los siguientes pilares:
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Primer plato. Para comenzar, deberá decantarse por una propuesta entre las siguientes: ensalada verde, crema de verduras, puré de verduras o lasaña.
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Segundo plato. Para continuar, también tendrá que elegir entre muslo de pollo a la plancha, guiso de ternera o filete de ternera a la plancha.
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Postre. En este caso, la mejor alternativa es comer una pieza de fruta, diferente a las que se haya tomado en el desayuno o a media mañana. No obstante, se puede comer tal cual o bien optar por ingerir varias distintas mediante una macedonia o unas brochetas.
Merienda
Para poder realizar las cinco comidas recomendadas al día, también a media tarde la futura mamá es necesario que coma algo, para que así su organismo continúe funcionando sin ningún tipo de problemas. En este caso, las mejores alternativas existentes, entre las que deberá elegir una, son un sándwich de jamón y queso, un batido natural, un yogur desnatado con un par de galletas integrales o bien un puñado de frutos secos.
Cena
Llega el momento de afrontar la recta final del día y para que pueda hacerse de la manera más saludable y equilibrada, nada mejor que ingerir una comida que no sólo resulte ligera, para que así la digestión sea buena, sino que también sea completa. En concreto, lo más recomendable es tomar un plato único y luego de postre una infusión, que ayudará a relajarse y, por supuesto, a conciliar el sueño.
¿Qué recetas son recomendables para la cena? Desde una ensalada verde hasta una tortilla francesa pasando por un pescado a la plancha, un revuelto de champiñones o incluso una sopa de verduras, que es muy agradable de tomar durante los meses de invierno especialmente.