Infertilidad secundaria: Qué es y cuáles son las causas
La edad de la mujer o una posible infertilidad en el hombre pueden ser algunas de las causas para que se produzca infertilidad secundaria tras haber tenido un primer bebé.
Después de dar a luz al primer hijo y esperar un tiempo, puede surgir el deseo de tener otro bebé. Sin embargo, puede suceder que el segundo tarde más de lo esperado. En este caso estamos hablando de infertilidad secundaria y ocurre con mucha más frecuencia de lo que piensas. Veamos entonces con detalle qué significa este tipo de infertilidad y cuáles son sus causas.
Infertilidad secundaria: Qué es y cuáles son las causas
Cuando una pareja no logra concebir un segundo hijo, los amigos y familiares tienden a minimizar el problema. Te aconsejan que concentres tu atención y energía en el niño que ya ha nacido y que el segundo «ya vendrá», pero en realidad el intentar un segundo embarazo y no lograr que se produzca, puede llegar a ser bastante frustrante.
Siempre es mejor consultar a un ginecólogo para intentar entender cuál es el problema que impide la nueva concepción. Las causas pueden ser muchas y solo un médico especializado podrá ayudarte a descubrirlas y posiblemente ayudarte en tu intento.
Si te estás acercando a los cuarenta y tiene seis meses o más de intentos a sus espaldas, es hora de ponerse en manos de un profesional, consultando a tu ginecólogo de confianza. Aquellos que son un poco más jóvenes pueden esperar un poco más de unos doce meses.
Las principales causas
Como se mencionó anteriormente, la infertilidad secundaria tiene varias causas subyacentes.
La edad avanzada de la mujer, por ejemplo, es una de ellas. El pico de fertilidad de una mujer es de 20 a 30 años, pero el segundo hijo es cada vez más buscado alrededor de los cuarenta. Es posible que después del primer embarazo hayan surgido complicaciones que no se hayan resuelto correctamente y que impidan una nueva concepción.
El padre también puede tener problemas de infertilidad causados por tomar determinados medicamentos o por el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo.
El ginecólogo, tras la visita, puede recomendar algunas pruebas como el hemograma completo para comprobar los niveles hormonales y una laparoscopia para comprobar que no hay miomas y descartar endometriosis. Posteriormente, el ginecólogo podría someterte a una histerosalpingografía, que es un examen con líquido de contraste para comprobar la funcionalidad de las trompas de Falopio.
Por otro lado, se le puede pedir al padre que realice un espermiograma para verificar la calidad del líquido seminal.
El ginecólogo, estudiando todos los resultados de las pruebas que ha prescrito, podrá recomendar diferentes soluciones a la pareja como la de seguir probando o también es posible que recomiende visitar un centro de fecundación asistida.
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