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Fumar durante el embarazo: los riesgos para la salud de tu bebé

Fumar durante el embarazo es un tema delicado ya que aunque se sabe que no es nada recomendable, puede que la mujer tenga demasiadas reticencias a dejar un hábito que por otro lado crea mucha adicción. Sin embargo, hay muchas formas en las que se puede abordar este tema con la prioridad de llevar un buen embarazo y salvaguardar la salud del bebé en la barriga. Una de las principales es tener claro cuáles son todos los riesgos de fumar en el embarazo.

Fumar durante el embarazo: los riesgos para la salud de tu bebé

El tabaquismo durante el embarazo es naturalmente dañino y los riesgos para la salud del feto son mayores cuanto mayor es el número de cigarrillos que se consumen al día. La consecuencia más inmediata es la reducción de peso del recién nacido al nacer. De hecho, el crecimiento del bebé en el útero es directamente proporcional al humo inhalado, mientras que la desaceleración del desarrollo fetal puede empeorar en el segundo y tercer trimestre del embarazo, que es además uno de los periodos más sensibles de la gestación.

Fumar también puede causar un estrechamiento temporal de las arterias, lo que reduce el flujo sanguíneo al feto.

Entre los riesgos menos frecuentes, sin embargo, se deben considerar problemas mucho más serios relacionados con la posibilidad de abortos espontáneos, partos prematuros y desprendimiento natural de la placenta.
Y no nos olvidemos además del tabaquismo pasivo durante el embarazo que tiene el mismo tipo de consecuencias negativas dado que también supone un riesgo para la salud del bebé en desarrollo.

Tiempos de exposición

Por supuesto, los tiempos de exposición al humo también son decisivos, junto con la cantidad de cigarros que se fumen. Dejar de fumar dentro de las primeras 16 semanas permite que el recién nacido tenga un peso similar al de las mujeres que nunca han fumado. El primer trimestre del embarazo, en particular, es muy delicado porque es aquel en el que se pueden formar las malformaciones, también causadas por la exposición del cuerpo a sustancias tóxicas, incluido el tabaquismo.

Remedios antitabaco

Son muchos los estudios, a menudo contradictorios, que han tratado este tema con resultados que nunca son del todo unívocos. Dejar de fumar sería la solución más deseable. Para ello, es recomendable pedir ayuda a un médico que pueda ayudar a reducir, en un primer paso, la cantidad de cigarrillos consumidos cada día, hasta dejar de fumar por completo.

Parches, tabletas, o chicles. Los sucedáneos de la nicotina son herramientas válidas autorizadas que no dan lugar a contraindicaciones. Por último dejar de fumar sin más es la mejor solución aunque lo más seguro es que repentinamente se tengan síntomas de depresión o ansiedad que necesitarán de ayuda psicológica para hacer frente a la decisión de no fumar más por el bien del bebé.