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Convertirse en papá: cómo cambia el cerebro de un hombre cuando tiene un hijo

Al igual que le ocurre a las mujeres los hombres experimentan un cambio tras el nacimiento del bebé

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Tener un hijo es una de las experiencias más transformadoras que puede vivir una persona. No solo cambia la rutina, las prioridades y las emociones, sino también el cerebro. Y no solo el de la madre, sino también el del padre. Algo que ha estudiado la ciencia y que ahora os explicamos con todo lo que debes saber sobre cómo cambia el cerebro de un hombre cuando tiene un hijo.

Cómo cambia el cerebro de un hombre cuando tiene un hijo

Tal y como han demostrado diversos estudios científicos, varios son los cambios cerebrales que se producen en los hombres cuando se convierten en padres.

El cerebro es un órgano plástico, capaz de adaptarse a las nuevas situaciones y demandas del entorno. La paternidad es una de esas situaciones que requiere una adaptación rápida y profunda, ya que implica cuidar, proteger y educar a un ser humano totalmente dependiente. Por eso, el cerebro del hombre se prepara para asumir este rol, modificando su estructura y su funcionamiento.

Estos son algunos de los cambios que se han observado en el cerebro de los padres:

Reducción de la testosterona

La testosterona es la hormona masculina por excelencia, asociada a la agresividad, la competitividad y el deseo sexual. Sin embargo, cuando un hombre se convierte en padre, su nivel de testosterona disminuye. Esto ocurre incluso antes del nacimiento del bebé, durante el embarazo de la pareja. El objetivo de esta reducción hormonal es hacer al hombre más tranquilo, más empático y más involucrado en el cuidado del bebé.

Aumento de la oxitocina

La oxitocina es la hormona del amor, la que se libera cuando abrazamos, besamos o tenemos sexo con alguien. También se libera cuando una madre amamanta a su bebé, creando un vínculo afectivo muy fuerte. Pues bien, los padres también experimentan un aumento de la oxitocina cuando interactúan con sus hijos, especialmente si lo hacen con contacto físico. Esto les ayuda a sentirse más conectados, más cariñosos y más protectores con sus hijos.

Reducción del volumen cortical y subcortical

Al igual que las madres, los padres sufren una pérdida de volumen y de materia gris en algunas regiones del cerebro. Esto no significa que pierdan inteligencia o memoria, sino que se trata de una reorganización cerebral para optimizar las funciones relacionadas con la paternidad. Estos cambios se producen después del nacimiento del bebé y afectan a áreas implicadas en la empatía, la atención y la toma de decisiones.

Aumento de la actividad neuronal

Aunque pierdan volumen cerebral, los padres ganan actividad neuronal. Es decir, sus neuronas se comunican más entre sí y se activan más cuando ven o escuchan a sus hijos. Esto se ha comprobado mediante técnicas de neuroimagen que han mostrado que los padres tienen una mayor activación en regiones como la amígdala, el hipocampo o el córtex prefrontal cuando observan imágenes de sus hijos. Estas regiones están relacionadas con las emociones, la memoria y el razonamiento.

Aumento de la neurogénesis

La neurogénesis es el proceso por el cual se generan nuevas neuronas a partir de células madre. Se pensaba que este proceso solo ocurría durante el desarrollo embrionario, pero se ha demostrado que también ocurre en el cerebro adulto, especialmente en el hipocampo. El hipocampo es una estructura clave para la memoria y el aprendizaje. Pues bien, los padres experimentan un aumento de la neurogénesis en el hipocampo cuando se convierten en padres. Esto les permite mejorar su capacidad cognitiva y adaptarse mejor a las nuevas situaciones.

Como se puede ver, el cerebro del hombre cambia mucho cuando tiene un hijo. Estos cambios tienen como finalidad facilitar la transición hacia la paternidad y mejorar la relación con el bebé. Sin embargo, estos cambios no son automáticos ni universales. Dependen mucho del grado de implicación del padre en el cuidado del hijo y de la calidad de la relación con la pareja. Por eso, es importante que los padres sean conscientes de estos cambios y los aprovechen para disfrutar al máximo de esta etapa tan especial.