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Cómo tratar las quemaduras de sol en los niños

Dar un baño de agua fresca, aplicar un "after sun" y tapar al niño si sale a la calle, son algunas de las pautas para tratar las quemaduras de sol en los niños.

La playa, la piscina o simplemente salir a la calle a disfrutar del parque o ir de excursión, puede dar como resultado que los niños acaben quemados por el sol. Siempre es importante, proteger la piel de los niños con una buena crema o protector solar, pero en el caso de que hayamos estado expuestos más tiempo del necesario o que el niño se resista a ponerse el protector pueden producirse quemaduras de sol  que será necesario tratar cuanto antes.

Cómo tratar las quemaduras del sol en niños

Los niños nunca deben exponerse al sol en las horas de máxima incidencia. Esto quiere decir que siempre que salgamos a la calle en verano y más si vamos a la playa o a la piscina, lo mejor es hacerlo a primera hora de la mañana y hasta las 11:00 horas o también, por la tarde a partir de las 16:00 horas. 

Sabiendo esto evitaremos salir a mediodía que es cuando más fuerte «pega» el sol, algo que puede ser peligroso para nuestra piel, pero mucho más para la de los niños en especial si son muy pequeños (por no hablar del riesgo de sufrir deshidratación o un golpe de calor).

Además, siempre debemos llevar con nosotros el protector solar, ya que aunque lo hayamos aplicado media hora antes de ponernos al sol (tal y como suele indicarse en todos los protectores que venden), debemos repetir la aplicación cada dos horas. De este modo podemos ir renovando la «barrera de protección» sobre la piel de los niños.

Sin embargo, puede ocurrir, que nos hayamos quedado en la playa más de lo recomendable, o que se nos haya pasado lo de repetir con la aplicación del protector solar y que el niño al volver a casa tenga la espalda, las piernas o cualquier otra parte del cuerpo quemada. ¿Cómo debemos proceder?.