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Nombre bebé

La ciencia revela cómo el nombre puede influir en la autoestima y el comportamiento de los niños

¿Qué hay en un nombre? Según algunos estudios, mucho más de lo que pensamos. El nombre que nos ponen nuestros padres al nacer puede influir en nuestra personalidad, en nuestra autoestima y en nuestro comportamiento a lo largo de nuestra vida. De hecho es ahora cuando la ciencia ha revelado cómo el nombre puede influir en la autoestima y el comportamiento de los niños. 

La ciencia revela cómo el nombre puede influir en la autoestima

El nombre que se elige para el bebé debe ser algo con perspectiva de futuro. Cierto es que una vez de adultos, si queremos podemos cambiarnos el nombre si no nos gusta, pero ¿y durante la infancia o la adolescencia? ¿Que pasa si nuestros padres han elegido un nombre que da pie a bromas o a confusiones?.

Uno de los investigadores que ha estudiado este fenómeno es David N. Figlio, profesor de economía y educación en la Universidad Northwestern de Estados Unidos. En 2005, publicó un estudio en el que analizaba el efecto de los nombres unisex o asociados con el género opuesto en el rendimiento académico y la conducta de los niños.

Figlio encontró que los niños con nombres unisex como Sue, Kelly o Shannon, y que predominantemente se le pone a las niñas,  tenían más probabilidades de tener problemas de disciplina y bajo rendimiento en la escuela secundaria que otros niños con nombres más masculinos. Según el autor, esto se debe a que estos nombres pueden generar burlas, rechazo o confusión de identidad en los niños, lo que afecta negativamente a su autoestima y a su autoconcepto.

Nombres inusuales afectan a la personalidad

Otro estudio  realizado por psicólogos de la Universidad Estatal de Arizona reveló que tener un nombre inusual o poco común también puede tener consecuencias en la personalidad. Los investigadores descubrieron que las personas con nombres raros tendían a ser más creativas, abiertas y tolerantes que las que tenían nombres más corrientes. Esto se explicaría por el hecho de que estas personas tienen que enfrentarse a situaciones novedosas y desafiantes desde pequeñas, lo que les hace desarrollar estas habilidades.

Estos estudios nos muestran que el nombre no es solo una etiqueta que nos identifica, sino que también puede condicionar nuestra forma de ser y de relacionarnos con los demás. Por eso, es importante elegir bien el nombre que le pondremos a nuestros hijos, teniendo en cuenta las posibles implicaciones positivas o negativas que pueda tener para su desarrollo.

No obstante, también hay que recordar que el nombre no es el único factor que influye en la autoestima. Otros aspectos como el apoyo familiar, el entorno social, las experiencias vitales o la personalidad propia también juegan un papel fundamental. Por lo tanto, no hay que obsesionarse con el nombre ni pensar que determina nuestro destino. Lo más importante es fomentar una autoestima sana desde la infancia, basada en el respeto, la aceptación y el amor propio.