Navidad

Silencio ante el canto de la Sibil·la, patrimonio de Mallorca y de toda la humanidad

El profesor Francesc Vicens dice que puede hablarse de un fenómeno “emergente de esta tradición que se remonta al siglo XIII”

"El canto de la Sibila es una de las expresiones vivas más singulares del patrimonio cultural inmaterial de Mallorca”

El texto primitivo se reproduce en el 'Llibre de bons amonestaments' de Anselm Turmeda

La Sibil·la
La Sibila de Eritrea

El canto de la Sibil·la es de origen medieval y tiene un mensaje apocalíptico, forma parte de la ceremonia antes de maitines y antecede a liturgia de la Misa del Gallo. Anuncia el fin del mundo, el juicio final y la segunda llegada de Cristo a la tierra. Reproduce las predicciones de la Sibila de Eritrea.

Como en otras ocasiones, este canto es la cristianización de un mito pagano. Esta tradición se mantuvo viva hasta hoy en día en Mallorca y Alguer. Valencia y Menorca han recuperado el canto. En los demás territorios de lengua catalana está en un proceso progresivo de reimplantación.

En opinión del profesor Francesc Vicens, puede hablarse de un fenómeno
“emergente de esta tradición que se remonta al siglo XIII”. Por otra parte, el escritor Miquel Ferrà Martorell destaca que “Sibila era un nombre muy común durante la Edad Media. Por ejemplo, lo llevaban mujeres famosas como reinas y princesas. Dos paradigmas claros los tenemos en el reino de Jerusalén (1150-1190) y en Aragón (siglo XIV-1406)”.

En la antigüedad clásica griega era una sacerdotisa del dios Apolo con la función de hacer predicciones a través de los oráculos. La primera llamada Sibila dio nombre a las demás, por ejemplo a Herófila de Troya; otras no menos famosas fueron la de Eritrea, la de Libia, la de Frigia, la de Samos, la de Cumas y la de Delfos. Esta última popularizada en una pintura de la Capilla Sixtina.

La Sibila de Cumas era autora de tres libros que contenían sus predicciones y que ejercieron cierta influencia en la vida de Roma y estaban escritos en hexámetros griegos y sobre tela. Los adquirió Tarquinio el soberbio y desaparecieron en el incendio del templo de Júpiter Capitolino en el 84 a.C.

“De estas mujeres predictoras o pronosticadoras- subraya Miquel Ferrà- surgió la figura medieval de la sibila navideña y el texto primitivo del canto de la Sibila se reproduce en el Llibre de bons amonestaments de Anselm Turmeda. Es curioso que el verso “parrà els qui han fet servici”, Anselm lo escribe como “per als” siendo la alteración del verso de origen desconocido”.

La Sibil·la
Texto de la Sibil·la.

El canto es interpretado por una mujer o un niño que sostiene con las dos manos una espada, vestido con una túnica y tocado con un birrete. El canto no tiene acompañamiento musical. Entre una y otra estrofa, el organista interpreta una pieza.

Cada organista cuenta con su repertorio o bien compone una pieza para la ocasión. Los días previos a la ceremonia tienen lugar algunos ensayos.
Asimismo, el profesor de la UIB Francesc Vicens lidera el proyecto Sibil·la 2.0, que tiene por objeto enseñar la historia y la significación de este canto para los alumnos de primaria y secundaria. El historiador musical afirma que “ el canto de la Sibil·la es una de las expresiones vivas más singulares del patrimonio cultural inmaterial de Mallorca”. De hecho, la Unesco declaró al canto de la Sibila como patrimonio de la humanidad en 2010.

El canto empieza recordando que todos seremos juzgados en el juicio final.
Según Vicens, «la representación se ha convertido en una referencia imprescindible en el imaginario navideño”. El archiduque Luis Salvador da cuenta de este canto en su monumental Las Baleares. Estudiosos del folclore y poetas han dedicado estudios y recopilaciones del canto.

Ceremonia prohibida

La ceremonia de la Sibila fue prohibida en diversas ocasiones a lo largo de la historia. En el concilio de Trento se tomó la decisión de prohibirla. No obstante, la tradición se conservó en Mallorca, sin duda por el apego
de la población a este canto y por el hecho insular. En otra isla mediterránea, Cerdeña, también se conservó en la ciudad del Alguer, tierra en la que también ha pervivido la lengua catalana.

Resalta el profesor Vicens que este canto ha contribuido a generar procesos simbólicos valorando y significando lugares como, por ejemplo, el Santuario de Lluc, donde es cantada por un coro de voces blancas, els blauets.

El escritor Gabriel Janer Manila, autor de unas fichas didácticas sobre la Sibil·la, la relaciona con el poeta Miquel Costa y Llobera. “Nuredduna,  escribe el gran personaje creado por el poeta en la composición
La deixa del geni grec, es la sacerdotisa del pueblo».

El canto hoy en día está generalizado en todas las iglesias de Mallorca. Tiene especial relevancia el de la Catedral de Palma, que este año estará interpretado por Aina Verdera.

La tradición de la cena de Nochebuena es bastante reciente. Hasta hace pocos años la tradición era ir a maitines a escuchas el canto de la Sibil·la y después de la Misa del Gallo se organizaba resopón con ensaimadas, chocolate y pasteles. Este banquete se solía celebrar con el núcleo familiar, pero también asistían amigos o vecinos. Hoy en día se cena primero y se va a escuchar a la Sibil·la después.

Una tradición en auge

La letra empieza diciendo “en el jorn del judici parra qui farà servici”. Es decir todos debemos comparecer en el juicio final. Anuncia cómo será el fin del mundo y describe grandes catástrofes naturales. Que se pararán con la segunda llegada de Cristo a la tierra.

Ha habido diferentes letras a lo largo de la historia. La que se ha popularizado hasta hoy es una traducción al catalán del latín medieval. A veces, con alguna variación local.

A raíz de la declaración del canto como patrimonio inmaterial de la humanidad de 2010, han aparecido publicaciones, guías didácticas, documentales, toda una serie de estudios y nuevas representaciones.
En definitiva, se trata de una tradición en auge que ya forma parte del patrimonio no solo cultural, sino también identitario.

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