El miedo guarda la viña

Las catastróficas consecuencias de la DANA de Valencia han puesto en alerta todas cuantas regiones de la cuenca mediterránea puedan haberse visto, o podrían verse en un futuro, en situaciones semblantes, tal es el caso de las Baleares. En consecuencia, ha comenzado a debatirse ya en nuestro Parlament la conveniencia o no de construir en zonas inundables y potencialmente peligrosas, aunque por discrepancias entre el Govern y la oposición resta todavía alcanzar un acuerdo.

Pero ello no ha sido obstáculo para que la oposición socialista, dado el escandaloso retraso de varias semanas en acordar una justa conclusión, haya levantado la voz: «No hay ninguna justificación para legalizar ningún inmueble en zona inundable. Toda la gente lo entiende, menos el PP».

Y remató acertadamente acusando a Marga Prohens de querer estar a la vanguardia de la destrucción y, además, de poner en peligro la vida de las personas. Grande, Negueruela. Así este pequeño gran hombre se pone al frente de la salvaguarda de nuestra integridad. Sólo podría objetarse que hubiese olvidado y dejado de mentar unos pequeños detalles: los ocho años de inactividad de Armengol (Sant Llorenç). Los anteriores, desde que existe autonomía, desde Cañellas a Bauzá pasando por Soler, Matas o Antich (bis). Y si nos atenemos a los pasados 80 años, cumpliendo con la memoria histórica, Franco. Eso por no mentar a Jaume I o incluso a Abu Yahya Muhammad ibn Ali ibn Abi-Imran at-Tinmalali, que tampoco se ocuparon en exceso del cambio climático y el consiguiente peligro de las zonas inundables.

Ya ven que este asunto viene de lejos, pero bien está solicitar ya su urgente e inmediata resolución.

MARTES: SÁLVESE QUIEN PUEDA. El investigador del Instituto Español de Oceanografía y la Universitat de les Illes Balears (UIB) Gabriel Jordà en una comparecencia en el Parlament, lo cual se supone que es cierto, advirtió lo siguiente: debido al aumento del nivel del mar, las playas de las Islas habrán perdido hasta el 50% de superficie a final de siglo. Y concretó, además, que en 2040 el nivel del mar ya habrá aumentado entre 10 y 15 centímetros, lo que implicaría disponer de entre cinco y diez metros menos de superficie de las playas de Baleares de promedio. Si esto fuera así, nos vemos pasando las vacaciones de verano, en detrimento de Baleares, en Finlandia. O sea, ya que aquí vivimos de ello, sálvese quien pueda. Hay que decir que, presuntamente, algún remedio humano podría haber para salvarnos de esta auténtica catástrofe. Y no se trataría de tener que perder la fe en el progreso de la humanidad.

MIÉRCOLES: INMERSOS EN EL FRACASO. La inmersión lingüística en catalán impuesta por el Govern de Francina Armengol durante ocho años en Baleares no ha sido un éxito. El nivel de catalán en cuarto de Primaria y segundo de ESO se ha hundido. Ya ven. Hay iniciativas que, voluntarismos aparte, las carga el diablo. Qué prefiere la mayoría si puede saberse, más ciencia y menos catalán o viceversa.

JUEVES: INVESTIGAR ES LLORAR. La Cátedra de Estudios Urbanos de la Universitat de les Illes Balears (UIB) ha premiado a los siete mejores trabajos en estudios urbanos, dos tesis doctorales, vinculados a Baleares y relacionados con el turismo. Excelente iniciativa, pero al tiempo una objeción: han sido premiados con 1.500 euros Queda claro, por tanto, que dada la ingente cuantía de las becas, investigar es llorar.

VIERNES: NIVEL 3. Resulta que el primer comité de crisis del Gobierno reunido en el Palacio de la Moncloa, tras los primeros destrozos de la DANA en Valencia, rechazó asumir el mando único para coordinar las labores de los cuerpos de emergencia y la ayuda de otras regiones. Se trata de una herramienta a la que puede acogerse el Ejecutivo, cuando hay una emergencia en territorio nacional que afecta a más de una comunidad autónoma, activando el nivel 3 de alerta. Y durante la pandemia, el Gobierno ya asumió las competencias de las autonomías. Pero ni aún hoy se ha logrado. Se trata, por torpeza o mala fe, de anteponer lo secundario antes que lo principal.