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Mallorquines sofocados por la saturación turística: «O regulamos o la isla un día se viene abajo»

Vecinos de Palma piden regular la entrada de turistas para garantizar el bienestar de los residentes y de los propios visitantes

Denuncian que las carreteras de la isla están saturadas y piden avanzar hacia un modelo más "sostenible"

Ya han pasado meses desde que el debate sobre la saturación turística de Mallorca está encima de la mesa, pero los ciudadanos de Palma lo tienen claro: la isla ha llegado a su límite. El verano está llegando a su fin y los vecinos de la capital balear aseguran haber vivido unos meses de julio y agosto con «saturación por todas partes», por lo que exigen al Govern balear medidas antes de que «Mallorca se venga abajo».

Tras un verano más con más turistas que nunca y ésta vez con una manifestación multitudinaria de por medio, los mallorquines están cansados de ver que su calidad de vida está menguando año tras año.

María José Rivas es una vecina de Palma que este año ha decidido no salir de la ciudad porque «sabía que el resto de Mallorca estaba igual de saturada que aquí». Para ella, en el centro «hay un montón de gente por todos sitios», por lo que opina que se tendría que regular la entrada de turistas «para que la gente que venga se sienta cómoda y tenga ganas de volver».

Aunque lo fundamental para esta ciudadana que reside en la capital balear es garantizar el bienestar de los propios residentes «que pagamos nuestros impuestos y aún así vemos que hay basura por todo, carreteras saturadas…». En definitiva, no cree que el modelo turístico actual de Baleares sea del todo «sostenible».

Para Tomás, donde más se nota la saturación turística es en las carreteras. «Todas están desbordadas, hay demasiado coche de alquiler», aunque también denuncia que en algunas calles de Palma «ya no se puede ni caminar». Es por ello que este vecino también cree que debe haber una regulación: «Todos los políticos deberían ponerse manos a la obra y hacer algo porque esto es inviable».

Javier va algo más allá y, bajo su punto de visto, el gobierno tendría que regular la entrada de automóviles, cruceros e incluso la aviación a Mallorca. Por su parte, María Fernández también exige a los políticos una regulación inmediata «porque si no cualquier día la isla se viene abajo, no da abasto».

«El turismo ayuda económicamente, pero los residentes vivimos saturados»

Bien es cierto que el turismo es la principal industria de Baleares, pero llevada al extremo puede traer infinitos problemas a los residentes. Esto es lo que señala la palmesana Rosa: «Hay mucho ruido y mucha gente, es todo una incomodidad», asegura una vecina que valora el aporte económico que deja el turismo en el archipiélago, pero a su vez indica que «los que vivimos aquí estamos muy saturados».

Marga también ha vivido un verano en el que la masificación turística ha sido la protagonista. Según esta ciudadana, el objetivo de Baleares debe ser conseguir un turismo de más calidad y para ello propone «subir un poco los precios o reducir el número de cruceros que llegan a Palma».

Cabe recordar que la opinión estos ciudadanos es la misma que la del Govern balear que preside Marga Prohens (PP). De hecho, la líder del Ejecutivo autonómica anunció el pasado mes de mayo «medidas valientes» que el Pacte de izquierdas no tomó en ocho años para acabar la masificación turística, todas ellas basadas en combatir la oferta ilegal.

La mandataria popular admitió que el turismo en Baleares «ya no puede seguir creciendo en volumen» y que «el crecimiento ya no se está traduciendo en bienestar», motivo por el que creó una mesa de diálogo social para que, con consenso, se pueda abordar el cambio de modelo turístico teniendo en cuenta todas las voces de la sociedad.