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Homenaje a las dos últimas víctimas de ETA 15 años después de un atentado que sigue sin detenidos

La investigación del atentado de los guardias civiles Diego Salvá y Carlos Sáenz de Tejada sigue en punto muerto

Al cumplirse este martes 30 de julio 15 años del último atentado de ETA en Palmanova (Mallorca), en el que murieron los guardias civiles Diego Salvá Lezaun y Carlos Sáenz de Tejada, la investigación sigue en punto muerto, sin detenidos y con pocas pistas.

Fue el 30 de julio de 2009 cuando un artefacto explosivo colocado en un coche patrulla de la Guardia Civil en Palmanova puso fin a la vida de los dos guardias civiles. Fue el último atentado mortal perpetrado por la banda terrorista en España.

El Ayuntamiento de Calvià celebra este martes un acto conmemorativo en la calle donde se produjo el atentado, que reunirá a familiares, amigos, asociaciones y autoridades para exponer el respeto profundo y el reconocimiento a los dos agentes que perdieron la vida en cumplimiento de su deber.

El alcalde de Calvià, Juan Antonio Amengual, realizará la ofrenda floral. A continuación, el primer edil dirigirá unas palabras a la autoridades y público presente para cerrar el acto.

Diego Salvá Lezaun y Carlos Sáenz de Tejada fueron asesinados por ETA el jueves 30 de julio de 2009 mediante una bomba lapa situada en los bajos de un coche patrulla de la Guardia Civil enfrente del cuartel de Palmanova. Fue el segundo atentado perpetrado por ETA en menos de 24 horas: el día anterior, había explotado una furgoneta bomba frente a una casa cuartel de la Guardia Civil en Burgos.

El vehículo del atentado en Palmanova, un Nissan Patrol, estaba aparcado en la calle. La explosión de la bomba lapa, adosada a los bajos del todoterreno, se produjo a las 13.50 horas.

Tras la explosión, se cortaron todos los accesos a Palmanova y las autoridades iniciaron en las Islas la operación Jaula. Se cerraron el aeropuerto de Palma y todos los puertos de las Islas con el objetivo de impedir la salida de los terroristas.

En otro vehículo, un perro de la Guardia Civil encontró una segunda bomba-lapa, asida con bridas a los bajos del coche, que fue detonada de forma controlada por los artificieros del Gedex. Tenía un temporizador preparado para activarse a partir de una determinada hora de la mañana del jueves, lo que alejaba la hipótesis de que los terroristas hubieran accionado la bomba con un mando a distancia, y abría la posibilidad de que ya hubieran abandonado la isla cuando explotó la bomba que mató a los dos guardias civiles.

15 años después del atentado, los asesinos no han sido detenidos y ni siquiera están identificados. Fuentes de la Guardia Civil aseguran que el crimen se sigue investigando aunque no hay nada concluyente mientras se aproxima la prescripción del asesinato.

El último informe sobre el atentado

La última información ofrecida por la Guardia Civil fue en 2022 cuando emitió un informe en el que indicaba coincidencias en la fabricación, la manipulación y los aspectos logísticos entre el material explosivo encontrado en 2009 en una serie de zulos de ETA hallados en seis localidades francesas y en el atentado perpetrado el 30 de julio de ese mismo año en Palmanova.

El informe analizaba toda la documentación remitida por las autoridades francesas sobre el material que encontraron en los zulos descubiertos en Cabrerolles, Camplong, Generalite, Minerve, Vieussan y Ferrals les Montagnes con el objetivo último de «tratar de determinar la identidad de militantes de ETA que pudieran estar relacionados con las acciones terroristas cometidas en las Islas Baleares en julio y agosto de 2009».

Los especialistas presentaron el informe en el marco de la investigación por el último atentado mortal de ETA en España antes de que anunciara el abandono de las armas en 2011.

En en un oficio fechado el 28 de julio de 2022, el último que se conoce, el instituto armado da cuenta al titular del Juzgado Central de Instrucción Número 4, José Luis Calama, del informe emitido el 21 de junio, donde concluye que «la singularidad de los dispositivos empleados en los artefactos colocados en los vehículos de la Guardia Civil y el recuperado en uno de los zulos de Francia los vincula, sin lugar a dudas, en el aspecto relacionado con su fabricación, aunque posiblemente también en lo relacionado con los aspectos logísticos y operativos de la organización terrorista, ya que estos dispositivos parecen haber sido creados ex profeso».

Además, recuerda que, «por el hallazgo en territorio francés, en agosto de 2009, de los siete zulos de ETA que eran gestionados por la logística del aparato militar de la organización terrorista y en la que estaban integrados Aitzol Etxaburu, Alberto Machain y Andoni Sarasola, en calidad de principales responsables de la citada estructura, las autoridades judiciales francesas instruyeron procedimiento».

La Benemérita desgrana estas coincidencias detallando que «entre el material hallado en los zulos se encontraba una gran cantidad de kilos de los precursores utilizados para la fabricación del explosivo denominado amonal, que fue utilizado como carga en los artefactos tipo lapa que fueron colocados en los bajos de los dos vehículos de la Guardia Civil el 30 de julio de 2009; y también para la fabricación del explosivo cloratita -denominado como kaskabarro por ETA-» que se empleó en los cuatro artefactos que estallaron el 9 de agosto de 2019 en los aseos de cuatro establecimientos ubicados en Palma.

Especifica asimismo que en esos zulos también hallaron «numerosos dispositivos antimovimiento del tipo ‘lapa’, utilizados por la citada organización terrorista para fabricar artefactos como los que fueron colocados en los vehículos oficiales de la Guardia Civil en Palmanova-Calviá; así como dispositivos de retardo, de los denominados ‘TU’, temporizadores con un retardo máximo de un año que presumiblemente fueron utilizados en los artefactos colocados en los cuatro aseos».

La Guardia Civil menciona otra «coincidencia destacable» que «parece relacionar a los autores de estas acciones» terroristas. En primer lugar, apunta, «es significativo el hallazgo de un elemento usado por ETA en contadísimas ocasiones en la fabricación y/o colocación de sus artefactos improvisados, como son las bridas de plástico».

A este respecto, explica que «el artefacto que pudo ser fotografiado antes de su explosión en uno de los vehículos oficiales de la Guardia Civil estaba fijado a los bajos del mismo por medio de bridas de plástico de color negro», y que «en los artefactos que fueron colocados en el bar NICA y en el restaurante ENCO, ambos en Palma en agosto de 2009, fueron recuperados varios trozos de bridas del mismo tipo que las anteriores».