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Un hombre drogado, armado con un cuchillo y fuera de sí siembra el pánico en el Arenal

Se alojaba en el Hotel Bahía de Palma y saltó desde el balcón de su habitación y salió corriendo

Luego en un bar cogió un cuchillo y en otro establecimiento empezó a lanzar las sillas por los aires

  • Mar del Valle
  • Portadista, editora y redactora de OKBaleares. Antes, periodista en EL MUNDO Baleares durante 19 años.

Un hombre drogado, armado con un cuchillo y fuera de sí ha sembrado el pánico en el Arenal, en el municipio mallorquín de Llucmajor.

La Policía Local de Llucmajor recibió este pasado jueves el aviso de la presencia de una persona altamente agresiva y alterada, al parecer bajo los efectos de alguna sustancia psicotrópica, en el exterior del Hotel Bahía de Palma y de un restaurante cercano.

Hasta el lugar se personaron varias unidades policiales y observaron que frente al número 67 de la calle Trencadors había un hombre con aparente estado de nerviosismo, mirando de un lado a otro de la calle, como si le estuvieran persiguiendo.

La directora del Hotel Bahía de Palma relató a los agentes que el hombre se hospedaba en su establecimiento y que había saltado desde el balcón de su habitación, situada en el segundo piso, al patio interior del hotel, donde se encuentra la piscina. Después salió corriendo del hotel, golpeando muy fuerte de una patada la puerta y escapando con fuertes gritos en dirección a un bar que estaba en frente.

Por su parte, una camarera del local explicó a los policías que el turista se había presentado en el bar, gritando, muy nervioso y metiéndose detrás de la barra, escondiéndose y yendo de un lado a otro. La empleada le ofreció una botella de agua para que se tranquilizara pero éste cogió un cuchillo de la cocina como para protegerse de alguien. La camarera le recriminó su acción y él soltó el cuchillo y salió fuera del local corriendo y gritando.

Agentes de la Policía Local de Llucmajor y de la Guardia Civil trataron de hablar con el hombre, que seguía en un gran estado de nerviosismo, muy inquieto y mirando a todos los lados. De repente se puso a gritar y salió corriendo mirando hacia los balcones de los edificios.

Los agentes salieron a la carrera tras él y llegaron hasta un bar de la calle Mª Antònia Salvà, donde el hombre entró y empezó a lanzar las sillas por los aires.

Finalmente, lograron atraparlo, a pesar de oponer gran resistencia, por lo que tuvieron que reducirlo en el suelo para evitar que se autolesionara. Los agentes le colocaron las esposas en las muñecas y unas bridas en las piernas para evitar males mayores.

Poco después avisaron a los servicios de emergencias y hasta allí se desplazó una ambulancia. El personal sanitario, tras evaluar el estado del arrestado, le suministró varios calmantes y posteriormente fue trasladado hasta el Hospital de Son Llàtzer.