La economía balear creció un 6% al final de 2022 pero sigue un 4% por debajo del nivel prepandemia

La economía de Baleares creció un 6,1% el último trimestre de 2022, pero se mantiene un 4,2% por debajo del nivel prepandemia, según el informe Evolución Económica que ha hecho público este jueves la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB).

Con este resultado, Baleares cerró el balance anual 2022 con un avance del 11,2%, tasa que mejora los marcadores del ejercicio anterior (9,8%), pero que para los empresarios resta fuerza a las perspectivas de crecimiento de este 2023. Desde CAEB inciden en un comunicado en que se deja atrás la fase de expansión «para dar paso a una nueva fase de desaceleración».

El informe remarca que la economía balear se asemeja a buena parte de su entorno. La economía española moderó también su senda de crecimiento durante el cuarto trimestre, al igual que el conjunto de la Unión Europea y algunas de sus principales economías, como Italia, Francia y Alemania.

«Si no tenemos nuevos sobresaltos, creemos que durante 2023 la economía balear acabará por recuperar todo el PIB que tenía en 2019», ha declarado la presidenta de CAEB, Carmen Planas.

Por islas, la economía de Mallorca anotó por primera vez un balance trimestral más favorable de octubre a diciembre de 2022 (6,3%) que los de Ibiza y Formentera (5,5%) y Menorca (5,4%). Con todo, Mallorca sigue más rezagada en el proceso de recuperación de los niveles prepandemia (-4,3%) en comparación con Menorca (-3%) y con Pitiusas (-2,4%).

El diferente dinamismo entre islas permite que el pitiuso siga siendo el crecimiento más intenso durante 2022 (13,8%), en relación con el de Mallorca (11%) y Menorca (10,8%).

Desde la óptica de la oferta, el informe de CAEB destaca que la economía balear «ha dado continuidad a la etapa de normalización en todos los sectores, a pesar de un contexto global plagado de riesgos a la baja».

En este sentido, el sector servicios registró un avance real en el último trimestre del 6,5% y se benefició del alargamiento de la temporada turística y de la primera campaña de Navidad sin restricciones. Así, situó de nuevo el volumen de facturación por encima de los niveles prepandemia.

Con todo, ese balance no refleja «el resultado esperado en términos de rentabilidad empresarial por el aumento de los costes, tanto financieros como de aprovisionamiento».

Al mismo tiempo, la industria consolidó su crecimiento positivo a pesar de haber moderado nuevamente el ritmo de avance hasta el 1,6%, «lastrada por los cuellos de botella de las cadenas globales de suministro». En este contexto, la construcción se postuló como el único sector balear capaz de intensificar su senda de crecimiento por encima del trimestre anterior (5,8%), «después de sortear nuevamente los problemas globales de abastecimiento y encarecimiento de las materias primas».

En sintonía, el empleo recortó también el ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo entre los meses de octubre y diciembre (crece un 3,4%), si bien siguió mostrando una mayor fortaleza de la esperada, con mayor dinamismo frente al conjunto nacional.

El número total de trabajadores en alta en la Seguridad Social cerró 2022 en el nivel más elevado de toda la serie histórica para un mes de diciembre (454.582 trabajadores). Todo ello rebajó la incidencia del desempleo hasta el 6,7% de la población activa.

Desde el lado de la demanda, el debilitamiento del crecimiento del consumo privado (5,6% frente al 9,8% del trimestre anterior) se erigió en el principal factor de la moderación del ritmo de crecimiento durante el cuarto trimestre.

Espiral inflacionista

«La persistencia de la espiral inflacionista -con un avance promedio de los precios del 6,4% durante el cuarto trimestre-, un contexto general de tipos de interés al alza y la elevada incertidumbre penalizan, cada vez más, la capacidad de compra y la propensión al consumo de residentes y no residentes», avisan los empresarios.

Paralelamente, mejoran las expectativas empresariales de cara al primer trimestre del año. Un balance económico mejor de lo esperado «ha compensado el encarecimiento del acceso a la financiación y ha impulsado la demanda de inversión, tanto en la parcela productiva como en la de construcción».

Desde CAEB han subrayado que las islas encaran la primera mitad del año «en un contexto global de creciente incertidumbre».

«A la persistencia de la espiral inflacionista y el carácter marcadamente restrictivo de las decisiones de política monetaria de los últimos trimestres se ha sumado, este marzo, un escenario de creciente agitación en los principales mercados internacionales, fundamentalmente a raíz de la segunda mayor quiebra bancaria en EEUU, la de Silicon Valley Bank», razonan.

Así, aunque la inflación «ha empezado a dar señales de moderación», el IPC ha continuado avanzando a un ritmo elevado durante los meses de enero y febrero, no solo en Baleares sino en toda España y Europa.

En este contexto, «el repunte de la inestabilidad financiera promete contribuir, de forma totalmente inesperada, a la lucha contra la inflación de los principales bancos centrales a nivel global».

«Las tensiones que el encarecimiento de los precios finales sigue provocando en la capacidad de gasto y el consiguiente incremento de la factura de capital por parte de familias y empresas derivado de un escenario de tipos de interés e incertidumbre al alza, provocarán, inevitablemente, un deterioro de la economía de cara a los próximos trimestres», ha indicado la patronal, haciéndose eco de las nuevas previsiones de crecimiento publicadas por el Fondo Monetario Internacional a finales de enero, con anterioridad al estallido de las turbulencias bancarias.