EL CUADERNO DE PEDRO PAN

El calendario clásico ya está servido este verano en Mallorca

La temporada de abono de la Simfònica, el Festival de Deià y el Festival de Pollença, un trío de ases ganador

Los festivales de música ayer y hoy

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Jesús 'Cachito' Valdés actúa el 30 de junio en el auditorio de la Fundación Bartolomé March.

El miércoles 14 y el jueves 15 han venido cargados de presentaciones de gran calado; nada menos que dar a conocer contenidos de la temporada de abono 2023-2024 de la Orquestra Simfònica Illes Balears (OSIB), el cartel del 45 Festival Internacional de Música de Deià y lo mismo en relación al 62 Festival Internacional de Música de Pollença. Un trío de ases ganador.

La semana, además, ha venido marcada por el polémico despido del director de escena de La Traviata en los días previos a su estreno, lo que supondrá que la Temporada de Ópera del Teatre Principal de Palma no incluirá en su historial a un prestigioso nombre propio de la escena, el argentino Hugo de Ana, por una conducta políticamente incorrecta en sus acaloramientos. Es lo que hay. Asimismo, una singular Gala de Solistas en el Auditórium que ha sido protagonizada por International Ballet Company. Digo singular, al tratarse de una gala sui generis. Me explicaré.

La aparición en escena, concretada en el Auditórium de Palma, de la Gran Temporada de Ballet de Mallorca a partir de 1996 y hasta su desaparición el año 2010 nos procuró una serie de Galas de Estrellas donde figuraban los bailarines solistas de principales compañías de danza de Europa y América.

Desfilaron todos los solistas españoles, hombres y mujeres, de mayor fama a nivel internacional (España, en tiempos de Víctor Ullate, fue una potencia mundial en este sentido) y asimismo una singular gala con las estrellas del Ballet de la Ópera de París. En cambio el International Ballet Company no deja de ser lo que se entiende por una compañía de repertorio y en cierto sentido heredero directo del Ballet de Moscú una vez declarada la invasión de Ucrania. Moldavia pasaba a liderar el proyecto al ser descartada Rusia.

Pudimos ver entonces una variada exhibición de ballet en punta avalada por el hecho de que siempre los bailarines del Este son un referente en la danza clásica o si se prefiere la escuela rusa de ballet. Las verdaderas estrellas, en cambio, siempre se han prodigado en compañías internacionales, dirigidas por eminentes coreógrafos. Lo del 16 no estuvo mal, en cualquier caso.

La temporada de abono de la OSIB no deja de ser una herencia del Govern saliente, lo que implica que se respetarán fechas, contenidos y escenarios y poco o nada más. Viene a cuento por presentarse como la última antes de la entrada a pleno rendimiento de la Caja de Música, que será el Govern del PP el encargado de recibir la obra el próximo mes de noviembre. De tal manera que no está aclarado que, en efecto, a partir del otoño de 2024 sea la sede única de la temporada de abono, abandonando el Auditórium que ha venido siendo su sede natural desde tiempo inmemorial, incluso antes del año 1989 que fue el de la refundación de la OSIB. En cualquier caso, dará comienzo la temporada de abono el próximo 27 de septiembre en el Teatre Principal de Palma, siguiendo el 4 de octubre en el Trui Teatre. Es inaudito que solamente sea a partir del noveno concierto de abono, cuando entre en escena la sala magna del Auditórium de Palma. Al menos con programa de gran formato: la Sinfonía número 5 de Gustav Mahler.

Hay en la actuación de Pablo Mielgo, director titular de la OSIB, caprichos, ocurrencias o lo que sea que por mucho que lo intento no acabo de entender como sin ir más lejos mantener como subsede al Trui Teatre ¡un salón de actos! O insistir con el Principal, que una vez probado fue descartado por no ajustarse a las preferencias del público. Un teatro de herradura, es lo que es, pero en absoluto una sala de conciertos. En cambio, el Auditórium de Palma progresivamente ha sido devaluado por Mielgo, aludiendo a los costes, sin atender al hecho fundamental: fue concienzudamente construido para servir de sala de conciertos sinfónicos y representaciones de ópera. En fin.

También el Festival de Pollença se verá afectado por el cambio de gobierno municipal. Desde la muerte de Eugen Prokop, el 2005, se cerró una época y desde entonces la dirección artística ha venido bailando como una peonza. En los últimos 18 años (Prokop estuvo al frente más de 25) se ha producido un cambio constante en la dirección artística. Hasta en cinco ocasiones. En la conflictiva edición de 2019 se encomendó a Pere Bonet hacerse cargo de la programación y lo cierto es que no lo ha hecho nada mal, recuperándose además el espíritu original del Festival. ¿Le mantendrá Martí March o por el contrario se buscará a un afín? Me consta que Bonet ya tiene cerrada la edición del próximo año. By the way, que traducido quiere decir por cierto, el 62 Festival de Pollença comienza el 5 de agosto con Chamber Orchestra of Europe dirigida por Daniel Harding y le seguirá una programación con envidiable calidad, aunque la cita emotiva -para el melómano insular- va a llegar el 12 de agosto con el concierto de la OSIB y la Coral UIB, entendido como homenaje-despedida a Joan Company que además dirigirá esa noche.

Vayamos por último con el 45 Festival Internacional de Música de Deià. La fecha de estreno, el 10 de junio con Dragonera Tango en el Anfiteatro, que en esta edición se incorpora como uno de los nueve escenarios al igual que la casa de Robert Graves o el mirador del cementerio de Deià, esa auténtica joya para el descanso de importantes ilustres que amaron la cultura, el arte y la música. Desde hace tres décadas es director artístico Alfredo Oyágüez, que ha marcado su personalísima impronta hasta el punto de incorporar una serie de escenarios distribuidos por toda la isla.

Su máxima es la calidad, el entendimiento cómplice con los músicos y abrir el abanico hacia un público mayoritario, comprometido con los guiños que le son propios a este Festival.

Este verano no dejaré de asistir a la cartelera de este calendario clásico comenzando por la totalidad del programa que se programará en el Claustro de Sant Domingo; también Bellver y sus Estius Simfònics y a la espera de la temporada de abono paseos por alguno de los escenarios del Festival de Deià, y desde luego sin intención de perderme a Jesús Chuchito Valdés, nieto de Bebo Valdés e hijo de Chucho Valdés, que el 30 de junio en el auditorio de la Fundación Bartolomé March va a tocar acompañado por la Camerata Jazz Deià, y no sólo por la presentación de la Suite picassiana, sino porque con él cerramos el círculo de acceder en directo a la saga familiar. Porque entonces los tres habrán tocado en los escenarios de la isla. Resumiendo: el calendario clásico ya está servido.

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