Alemania da por cerrado el catálogo de obras de Franz Marc y no quiere aceptar la descubierta en Mallorca
El museo Lenbachhaus en Munich dice que la catalogación de la producción de Marc ya ha terminado sin importarle la aparición de nuevas obras
El increíble descubrimiento de una obra millonaria de Franz Marc en Mallorca
Un artista e investigador mallorquín adquirió la obra de Franz Marc sin saberlo
Como decía al final del anterior capítulo, colofón de todas las investigaciones realizadas a lo largo de los años, desde 2013 hasta la actualidad, estudios y análisis, informes de especialistas y confrontación contextualizada entre autores y obras de la misma época, la conclusión es clara: la probabilidad de que la pieza Red and blue goat between trees sea de Franz Marc es abrumadora.
En el cálculo de similitudes efectuado como herramienta añadida a los estudios anteriores, Tomeu Lamo concluye que «los resultados demuestran que todas las similitudes encontradas lo sean por azar es como mínimo de 1 entre cerca de 79.400.000». Es decir, que casi con toda seguridad estamos ante una obra de Franz Marc que todavía no ha sido catalogada como tal.
En Munich existe el museo Lenbachhaus, que debe su renombre internacional sobre todo a la colección única, allí reunida, de obras del grupo Der Blaue Reiter (El Jinete Azul), con una importante colección de pinturas de Alexei von Jawlenky, Wasilly Kandisnky, Gabriele Münter, Franz Marc, August Macke, Marianne von Werefkin y Paul Klee.
De hecho, en el seno de este museo se creó un gabinete de expertos, el Kuratorium Catalogue Raisonné Franz Marc, con el propósito de catalogar la obra de Franz Marc de manera definitiva, por lo que se ha podido saber (y ya veremos lo que ello significa). El resultado que se conoce ha concluido que la obra de Franz Marc en la actualidad se compone de 244 pinturas y 216 dibujos y acuarelas.
Cuando las indagaciones e investigaciones promovidas por Tomeu Lamo alcanzaron su punto final, con la conclusión ya comentada, éste se dirigió precisamente al Sr. Mattias Mühlin, director del museo Lenbachhaus de Munich, poniéndole al corriente de las mismas con el fin de que pudiera ser tenida en cuenta la obra en la catalogación, de estimarse su autoría por la corroboración de los expertos de todos los informes y estudios realizados.
Pero la respuesta del señor Mühling fue sorprendente: con amabilidad, eso sí, contestó a Tomeu Lamo diciéndole que la catalogación de la obra de Franz Marc había ya terminado, dando por concluidos los trabajos y por cerrado el recuento de las posibles obras. Decía que la comisión de estudio, el Kuratorium Catalogue Raisonné Franz Marc, se había disuelto ya y por tanto no era posible analizar otras posibles pinturas atribuibles a Franz Marc. Es decir, que el catálogo de obras del artista expresionista alemán se daba por cerrado, no pudiéndose aceptar que apareciese obra nueva alguna. Un auténtico disparate, tal vez fruto de un celo burocrático extravagante (la disolución de la comisión de estudio no puede jamás tener como consecuencia que no existan obras extraviadas que aparezcan finalmente).
Hay que imaginar que, por ejemplo, apareciese un Picasso extraviado en Francia durante la ocupación alemana y que quien lo encontrara lo llevara para su conocimiento y registro a la correspondiente comisión de expertos y que por un casual esta comisión hubiese terminado sus trabajos y se le contestara eso: que como la comisión ya no estaba operativa, era imposible que hubiera nuevos Picassos en el mundo. Increíble, pero cierto. Es más: lo habitual es que aparezcan nuevas obras, incluso más antiguas, renacentistas, medievales, también de la antigua Roma, y que, después de ser sometidas a todo tipo de exámenes y análisis especializados, reciban el correspondiente veredicto, muchas veces en sentido positivo.
Sin ir más lejos, en la misma isla de Mallorca, en la venta del castillo de Bendinat, durante la subasta de sus obras, un anticuario inglés adquirió un cuadro en el año 1999 que consiguió certificar después, de manera indefectible, que era de Tiziano. Lo había comprado por ocho millones de pesetas en la subasta organizada por Christie’s en el mismo castillo y después de su certificación alcanzó de inmediato una cotización de siete millones de dólares (1.300 millones de pesetas). A nadie se le ocurrió decir que no podía certificarse que fuera un Tiziano (en la subasta había sido atribuido erróneamente a Alessandro Bonvicino, también llamado Moretto de Brescia) porque la comisión evaluadora de Tizianos ya no estaba operativa. ¡Menuda extravagancia, por no decir otra cosa!
Además de todo ello, Tomeu Lamo se puso en contacto con dos de los especialistas que habían editado el catálogo razonado de la obra de Franz Marc y que habían formado parte del Kuratorium. En su respuesta decían lo siguiente: «La institución encargada de evaluar a Franz Marc (1880-1916), el Kuratorium Catalogue Raisonné Franz Marc, fue disuelta el 4 de marzo de 2016. Desde entonces ya no existe un órgano de evaluación, y ninguno de los antiguos miembros del Patronato proporciona opiniones o declaraciones de expertos. La Städtische Galerie im Lenbahhaus Munich o sus empleados no tienen derecho ni obligación de proporcionar opiniones de expertos para Franz Marc. Lamentamos no poder ayudarlo más o reenviar la solicitud a otro experto».
Es decir, que la comisión encargada de catalogar las obras de Franz Marc no analiza ya más obras, sus expertos tienen prohibido dar siquiera opiniones sobre la cuestión e incluso tienen prohibido proporcionar opiniones de otros expertos o solicitarlas. Todas las puertas se hallan cerradas y el mundo está acabado y perfecto en la mente de estos seres hiperburocráticos.
Así las cosas, a Tomeu Lamo no le queda otro remedio que utilizar otros cauces para conseguir certificar la obra de Franz Marc de su propiedad. En primer lugar, dando a conocer al público en general el caso y la existencia de los estudios e informes que corroboran su atribución. Aunque de manera sucinta y resumida, es lo que en esta serie de artículos de reportaje hemos intentado hacer. Como la documentación que obra en su poder es amplia y exhaustiva, también existe el proyecto de publicar toda la investigación en forma de libro. Y esperar que llegue a manos expertas que puedan emitir su dictamen.
Yo, personalmente, estoy convencido de cuál será el veredicto: se trata inconfundiblemente de un Franz Marc pintado entre 1910 y 1912. Ojalá pronto pueda certificarse de manera oficial.