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elecciones 28m

828.129 ciudadanos de Baleares deciden hoy entre mantener el socialcomunismo o el cambio de PP y Vox

El voto por correo en las Islas cae un 6,7% respecto a los comicios de 2019

¿Habrá elecciones limpias en Baleares?

Las razones para faltar a una mesa electoral y qué te puede pasar

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

828.129 ciudadanos de Baleares deciden hoy 28 de mayo en las elecciones autonómicas, municipales e insulares entre mantener y reeditar por tercera vez consecutiva un gobierno socialcomunista de coalición encabezado por la socialista Francina Armengol, con independentistas de Més y Podemos, o el cambio de aires y la renovación que representaría un Govern entre PP y Vox, si ambas formaciones obtuvieran los 30 diputados que otorgan la mayoría absoluta en una Cámara balear de 59 escaños.

En las elecciones más reñidas de la última década, la posibilidad de un cambio y un golpe de timón en Baleares planea sobre las urnas y, sin duda alguna, la participación será una de las claves de esta jornada electoral.

En pleno escándalo nacional por los innumerables casos de compra de votos por parte del PSOE en el que milita Armengol, la más sanchista de los barones socialistas, en Baleares el voto por correo ha caído un 6,7% respecto a los comicios de 2019.

Este descenso podría ser el preludio de una considerable abstención -casi 54% en las de 2019-, ya que hasta la Oficina del Censo Electoral han llegado 22.738 solicitudes para votar por correo, mientras hace cuatro años fueron 24.351. Habrá que ver si ese escenario se confirma a lo largo de la jornada y cómo influye en el resultado final de las décimas elecciones autonómicas en Baleares desde la aprobación del Estatuto de Autonomía.

También será trascendental la valoración que hacen los ciudadanos de las Islas, antes de depositar el voto, sobre una legislatura marcada por una notable ristra de polémicas y escándalos protagonizados por las formaciones del actual Govern, que no han parado de sucederse desde aquel 22 de octubre de 2020 con aquella noche de copas en la que la Policía Local de Palma cazó a Armengol en el Hat Bar, saltándose las restricciones impuestas por ella en plena pandemia.

Nadie dimitió por lo sucedido, como nadie lo hizo por la vacunación privilegiada de altos cargos de diferentes administraciones gobernadas por el tripartito balear, ni por las menores prostituidas y tuteladas por el gobierno socialista del Consell de Mallorca, cuya máxima responsable, Catalina Cladera, vuelve a encabezar la lista del PSOE al gobierno insular, y ahí sigue también en el cargo el director general Manuel Palomino, que enchufó en el IB-Salut a su pareja, su hijo, su hija, así como a la pareja de la hija, una sobrina y la pareja de ésta.

Son algunos ejemplos que salpican la errática gestión realizada por un Govern de Armengol que acaba su segunda legislatura, dejando Baleares como la comunidad con la mayor presión fiscal de España; la vivienda más cara del país e inaccesible ya para los residentes; las listas de espera para ver al médico disparadas un 37% este año; con más barracones (aulas prefabricadas) en los colegios que cuando llegó en 2015, un total de 94, y con Palma convertida en la ciudad más sucia de España según la OCU y la quinta más insegura con un total de 62,5 por cada 1000 habitantes, tras dos legislaturas gobernando el socialista José Hila.

A ello hay que sumar el respaldo expreso de Armengol y sus socios a la rebaja de penas para violadores que ha traído la ley del sólo sí es sí del Gobierno de Pedro Sánchez, la rebaja de las penas por malversación de fondos públicos y la derogación de la sedición para beneficio de los golpistas catalanes o las subvenciones millonarias concedidas (5,2 millones anuales entre Govern, Consell de Mallorca y Ayuntamiento de Palma) estos ocho años a entidades afines al independentismo para imponer el catalán y erradicar el castellano en las Islas.

Son algunos de los datos que nos deja una legislatura donde Armengol, incumpliendo de nuevo sus promesas, no ha construido ni la tercera parte de las 1.800 VPO que prometió (no más de 400 entregadas), al igual que un tranvía que lleva ocho años utilizando como arma de propaganda electoral que nunca llega y que ahora vuelve a prometer, pero no sólo para Palma, sino que asegura que llegará hasta Calvià.

Propuestas disparatadas de una campaña electoral donde formaciones como Podemos se llevan la palma con su apuesta surrealista de soterrar la Vía de Cintura de la capital balear.

Ahora les toca el turno a los ciudadanos de las Islas de valorar estas dos legislaturas y decidir depositando su voto en algunas de las 1.247 mesas electorales, repartidas entre 381 colegios electorales, con un total de 3.733 urnas y 1.071 cabinas electorales.